Arrugas y flacidez, dos de los signos que más nos incomodan del proceso normal de envejecimiento, parecen señalar con el dedo a las proteínas de sostén, colágeno y elastina, como únicas responsables del cambio fisonómico que notamos con la edad. Sin embargo, hay otros elementos que solemos pasar por alto que influyen –incluso más– que la pérdida de colágeno en la alteración de la arquitectura facial: la degradación ósea.
En los medios especializados, no se habla sobre el importante papel de los tejidos óseos y cómo repercuten en la belleza global del rostro. Problemas crónicos, como el bruxismo o casos de periodontitis, terminan desdibujando nuestro diseño facial original, especialmente en la parte inferior, ensanchándose el ángulo mandibular que adopta una forma más cuadrada. A la vez, como el hueso mandibular está interconectado con el hueso cigomático y maxilar, la estructura ósea del rostro en general va cambiando y debilitándose, incluido el cráneo. Ya que, precisamente es el músculo masetero –el protagonista del bruxismo–, el que forma parte de los músculos masticadores, pterigoideos y temporales. ¿Cómo nos afecta?
“En casos ya avanzados de retracción de encías causada por la gingivitis (la primera alarma de una posible periodontitis), afecta a la degradación del hueso alveolar, el soporte de los dientes, junto a sus ligamentos y cemento. Esa falta de soporte provoca una retracción de las mucosas de los labios, que se enrollan hacia adentro, perdiendo volumen y esponjosidad. A la vez, la línea naso labial se alarga prematuramente, ocultando los dientes incisivos cuando la boca está entreabierta. Además, la pérdida de masa ósea maxilar, arrastra con su retracción a los músculos y piel adyacentes, lo que desplaza la grasa subcutánea, originando un aspecto de rostro deprimido”, asegura Yvette Pons, la facialista de manos ‘intuitivas’, terapeuta holística, experta en estética y defensora de la conciencia corporal.
Osteoblastos, el nuevo objetivo pro-longevidad
Los osteoblastos, esas células del hueso encargadas de sintetizar la matriz ósea y, por tanto, involucradas en su desarrollo y crecimiento, pueden hacer mucho por la longevidad de nuestra arquitectura facial. El problema es que estos osteoblastos, en otras zonas del cuerpo, están constantemente renovándose gracias la interacción entre osteoclastos (se encargan de reabsorber o eliminar la materia ósea) y osteocitos (las células maduras más abundantes del hueso), algo que no ocurre en casos de periodontitis, siendo los implantes óseos o con células madre, las únicas herramientas de las que echar mano en la actualidad para intentar revertir el proceso de deterioro.
Una extremada y minuciosa higiene dental evitando los procesos bacterianos, pueden ser el único recurso para mantener una buena matriz ósea. “Según últimas investigaciones de la Universidad de Florida, el consumo de ciruelas secas, ayuda a aumentar la densidad ósea, retrasando la descomposición y degradación de los huesos, acelerando su crecimiento. Esto es gracias a una de sus enzimas y el alto contenido en polifenoles (moléculas antioxidantes), que actúan directamente sobre los osteoblastos, ayudando a la remineralización y regeneración ósea”, desvela Yvette.
Ampliar la ingesta de ciertos nutrientes, como el calcio, magnesio o la vitamina D (esencial para la asimilación del calcio), son buenos aliados de belleza. “Las algas, ricas en proteínas, yodo, hierro y calcio. Semillas de sésamo, según los expertos, una cuchara sopera equivale al calcio de 1 litro de leche), los champiñones, un gran portador de vitamina D o el brócoli, otra gran fuente de calcio, puede ser buenos recursos nutricionales para proteger nuestro capital óseo”, mantiene la experta.

También técnicas de medicina alternativa, como la acupuntura, puede ser capaz de llegar a recuperar la masa ósea con resultados muy óptimos; y estéticas, como los masajes y manipulaciones osteo-musculares que ayuden a estimular los tejidos profundos y revitalizar la estructura ósea. Yvette Pons tiene registrado su propio método: la terapia Sulyfth®, un completo, complejo y potente lifting manual, una “bomba” para minimizar el descolgamiento muscular, la flacidez tisular, las líneas de expresión y la falta de luminosidad de la piel, que hasta ha sido merecedor de dos premios Vida Estética al “Mejor Tratamiento Estético en Cabina”.
Una terapia natural que confía únicamente en el inmenso poder de las manos, con una combinación de técnicas estudiadas y precisas, como el estiramiento intra-oral e intra-nasal, para mitigar contracciones y tensiones que afectan a la expresión de las arrugas y la flacidez, equilibrando la estructura cráneo-facial. Drena toxinas, activa el metabolismo celular y la oxigenación craneal, además de equilibrar los puntos energéticos de los meridianos que comunican con los órganos. Porque no solo se trata de incidir sobre la musculatura o el tejido cutáneo, es esencial centrarse en los sistemas que realmente provocan estos cambios: circulatorio, linfático, nervioso, celular y energético.
YV-LYFTH®, el método ‘de autor’ que va más allá de la piel
Sulyfth®, en su evolución, se había vuelto tan compleja, que la facialista tuvo que sintetizarla con YV-Lyfth®, un mix de técnicas y manipulaciones más concentradas, pero igualmente eficaces, que se inician en el sacro, recorren la columna, diafragma, escápulas, hombros, cervicales, escote, nuca, cuello, rostro, cráneo y contorno de los ojos, para frenar, mejorar y –en algunos casos– eliminar el descolgamiento muscular, la flacidez tisular, las líneas de expresión, los cambios morfológicos óseos y la falta de luminosidad de la piel, a la vez que mejora el eje corporal a través de la corrección biomecánica.
“La ventaja de YV-Lyfth® es que incorpora la higiene postural y el alineamiento del eje del cuerpo que tanto he defendido siempre”, mantiene la facialista. Una ceremonia que recoge los 6 pilares fundamentales para Yvette Pons, “E.D.E.D.E.D.”: Estabilizar, Desintoxicar, Estimular, Despegar, Estirar y Destensar, con la que se obtienen resultados tan completos y complejos como producir proteínas que los músculos van perdiendo con los años, como la actina y la miosina; relajar, activando el sistema parasimpático; favorecer la oxigenación y el funcionamiento visceral o minimizar el desgaste de la estructura ósea, ayudando a que los huesos recuperen su humedad y esponjosidad para reposicionarse.

YP-216: el complemento cosmético que cierra el círculo
Esa virtuosa habilidad que tienen las facialistas de combinar diferentes activos en una sesión en función de las necesidades específicas de cada piel, las convierten en ‘improvisadas’ alquimistas capaces no solo de transformar el aspecto, sino de gestar verdaderos cócteles pro-longevidad únicos, hilvanados siguiendo el patrón exacto de cada cutis. Es la ventaja que da tocar una y otra piel y sentir energéticamente sus quejíos. Conocer en profundidad la estructura epidérmica, muscular, ósea y energética, dio a Yvette las herramientas necesarias para saber cómo alimentarlas.
YP-216 Global Anti-Aging Serum, es la niña bonita de la casa. Una fórmula personalizable que trata de forma intensiva las necesidades y desequilibrios de cada piel en cada momento (deshidratación, flacidez, pigmentación…), sin necesidad de utilizar un sinfín de productos, con una receta base a la que se pueden añadir diferentes viales concentrados, en función de los requerimientos cutáneos. ¿Por qué ‘216’? “Por las diversas combinaciones que puedo realizar entre la variedad de principios activos que he seleccionado. Con un mismo suero puedo crear 216 sinergias distintas, o sea, se podría decir que 216 sueros totalmente diferentes y exclusivos”, aclara Yvette.
Como base del serum: Matrixyl, un activo que transporta la información necesaria al interior de la célula para ayudar a sintetizar colágeno, elastina y ácido hialurónico, mejorando así la firmeza de la piel por reforzar la malla de sostén; y silicio orgánico, un activo anti-glicación (evita la rigidificación de las proteínas de sostén por acción de los azúcares), que impide que los radicales libres degraden el colágeno, restaura la conexión entre las células, como un cemento extracelular y ayuda a regenerar el tejido.
Hasta un total de 6 concentrados diferentes, con activos como los péptidos activos de soja (reparan el ADN y mantienen la energía celular), Oxilastyl (incrementa en un 147% la oxigenación celular), DMAE (estabiliza la membrana celular, elimina toxinas, aumenta la contracción muscular y la firmeza de la piel) o extracto de Mirra Mukul (redensifica disminuyendo la profundidad de las arrugas). Yvette determina qué combinación de activos es la más adecuada para cada piel, por lo que el régimen final lo constituirán 3 viales concentrados que se deberán incorporar al serum base para crear una sinergia de cuidado diario que se debe aplicar en todo el rostro, incluidos contorno de ojos y labios.
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