Cosmética liofilizada, fresca o en vasijas de barro sostenibles. Monodosis reciclables o porciones de gel de ducha en polvo. Las tendencias de belleza son prometedoras. Un futuro sin huellas de carbono y recargable. Un gran reto para una de las industrias más controvertidas…
Hace poco me llamó la atención un artículo que se titulaba la Greenificación de la belleza de lujo (castellanizado, el título estaba en inglés). Un fenómeno que llevo unas temporadas contemplando desde que se comenzaron a lanzar líneas de absoluto lujo, pero con los pies enraizados en la sostenibilidad. Sin duda, una de las tendencias de belleza del siglo XXI.
Lujo deriva del latín “Luxus”: exceso, esplendor, abundancia… ¿Cómo casarlo con la austeridad y exigencias de la sostenibilidad? Y me vienen a la memoria Rouge Hermès, con la que la maison de lujo francesa debutó en la categoría maquillaje, con sus elegantes empaques, tapa de imán y balas grabadas. O la primera gama de color personalizable de Carolina Herrera, concebida como objetos joya coleccionables y pigmentos de una calidad extraordinaria.
Ambas tienen algo en común: rezuman lujo. Por sus cuatro aristas. Pero también presumen de no tener senescencia programada. Se han diseñado para durar en el tiempo gracias a sus envases recargables. Yves Saint Laurent hace lo propio con la cosmética y su codiciada gama ultra concentrada de serums envasados en cápsulas recargables, Pure Shots. Formulada con ingredientes sostenibles que provienen de los Jardines de Ourika (Marruecos), un proyecto con alma que pretende promover las habilidades de los habitantes de la región, con el fin de fomentar su independencia económica.

Fórmulas de Premio Nobel en discos monodosis
La transición a envases recargables, es la definición de lujo del mundo actual. Pero también la cosmética fresca con formulación de premio Nobel dispuesta en monodosis reciclables, como Noble Panacea, posiblemente el lanzamiento más innovador del año 2020. No solo revolucionó la industria por su inteligente sistema de liberación de activos, sino por sus Active Daily Doses, unos discos de material 100% reciclable alojados en un cofre de aspecto futurista hecho a base de almidón 100% renovable.
Noble Panacea lo tiene todo pensado. Simplifica al usuario el proceso de reciclaje gracias a su asociación con TerraCycle, que anima a los consumidores a que participen en el proceso de reciclaje. Con cada producto, se incluye un sobre prepago de la empresa experta en reciclaje para, una vez acabado, se metan en él las dosis vacías y se envíen por FedEx para su recolección.
Pero lo interesante de Noble Panacea no es solo su cariz sostenible –que también–, sino el diseño y la síntesis de máquinas y vasos moleculares, Organic Molecular VesselTM (OMV), merecedor de un premio Nobel de Química en 2016. El galardonado: Sir Fraser Stoddart, un científico audaz que no dudó en aplicar su magistral descubrimiento a su propia gama cosmética.
Sistemas de liberación inteligentes, el órdago de la industria
Este pionero sistema de entrega, está revolucionando la forma de entender la eficacia de las cremas. Se trata de una estructura cúbica octogonal perfectamente simétrica, 10.000 veces más pequeña que una célula de la piel. Capaz de albergar y proteger los ingredientes a nivel molecular para preservar la frescura y la potencia de los activos. Con ello se evita lo que la marca denomina “interacción cruzada”.
O lo que es lo mismo: que ingredientes como la vitamina C o el retinol, más inestables y con riesgo de desvirtuarse por la exposición a agentes externos, como la luz o el oxígeno, sean protegidos por este sistema para garantizar su integridad y frescura, optimizando así su acción cosmética. Con ello se genera una frecuencia programada: cada activo se libera en el orden adecuado y actúa en el momento oportuno, para maximizar la actividad de la fórmula.
Un método programado por capas múltiples que permite una dosificación constante. Por el momento consta de dos gamas: The Brilliant (para prevenir y proteger) y The Absolute (para reparar y regenerar), dispensadas en prácticas monodosis para preservar la frescura del tratamiento. Puedo asegurar que, quien la prueba, no puede dar marcha atrás…

Cosmética liofilizada, cuidado facial de próxima generación
Junto a los futuristas sistemas de liberación de activos (uno de los grandes avances cosméticos de hoy en día), están los métodos que garantizan la frescura de los ingredientes. Como la liofilización o tecnología Freeze Dry. Habitualmente utilizada en la ciencia aeroespacial, ya que mantiene por más tiempo la integridad y eficacia de los ingredientes. Con este proceso de deshidratación a baja temperatura, el activo se congela, baja la presión y se elimina la humedad.
Este proceso disminuye el peso molecular de los activos, algo muy interesante a nivel cosmético ya que, esta miniaturización, los hace más penetrables a niveles más profundos. Ergo, más eficaces. Y al eliminarse el agua de la fórmula, los ingredientes se mantienen en concentraciones más altas. Esto también ayuda a extender la vida útil de cada producto porque ya no sería proclive a las bacterias.
Además, es una opción ética, ya que el agua es un recurso escaso. Pero para dar forma a la cosmética liofilizada, pongamos ejemplos. Uno de los que más me ha sorprendido es Skin Sculp Set 7 Days Intensive Treatment de All Sins 18K, una innovadora cura de 7 días dispuesta en un vial con capsulas de vitamina C pura, activa, concentrada a un 79%, que se activa con un serum potenciador a base de vitaminas A, C, E… Una bomba nutritiva que reactiva la piel en un santiamén.
Moisture Melt Snowball Hyaluronic Acid Concentrate de Rael Beauty, es, posiblemente, la forma más pura de ácido hialurónico del mercado (en una concentración de un 91%). Esas bolitas liofilizadas de ácido hialurónico concentrado, que se convierte al instante en un rico formato líquido en cuanto entra en contacto con el activador antioxidante Glow Chemistry, garantiza 100 horas de hidratación instantánea y continua.

El lujo ecológico se empaca en envases de vidrio y cerámica
La guerra a los plásticos se ha convertido en algo más que un claim marketiniano. Proyectos, como Kindred Black, con su selección inusual de artículos de lujo eco-responsables, producidos artesanalmente y fabricados éticamente, nos da buena muestra de que el lujo, la belleza y el respeto, pueden ir de la mano. Invirtiendo incluso el doble en algunos casos para asegurarse de que todos sus productos estén en línea con su misión.
Desde luego uno se hace a la idea cuando ve esos envases de cerámica como el de Suska Yoni, una edición limitada de vasijas de barro antiguas y ungüentarios hechos a mano en Santa Fe, Nuevo México, por la ceramista Emma Rose Campbell. Cada lindo frasquito se elabora individualmente con arcilla y esmaltes locales y se cuece a más de 2.000 grados para crear un acabado brillante y pulido, similar al vidrio.
Suska Yoni, es un término ayurvédico que se traduce como «órganos reproductores secos». Así que su descripción no deja lugar a dudas… Este rico aceite corporal y de masaje, también se puede usar tópicamente como serum vaginal. Una mezcla sensual y fitoestrogénica a base de aceite de jojoba del desierto de Sonora, infusionado con la afrodisíaca damiana más canela tibia. Y shatavari, en sánscrito «la que tiene 100 maridos», un remedio natural ayurvédico que equilibra el pH vaginal y aumenta la lubricación.
Pero, igualmente interesantes son sus serums faciales, sus bálsamos de ojos y corporales o sus aceites perfumados de cariz sensual y esotérico. Como A Woman is Fire, con aceites esenciales puros de rosa y sándalo, mezclados a mano con el seductor absoluto de jazmín, rematado con un matiz de absoluto de vainilla para redondear este fascinante aroma.

Capullos de seda natural: una exfoliación orgánica de puro lujo
Así podríamos denominar a los capullos de seda 100% pura de Cokon Lab. Y cómo se obtienen estos dedales de exfoliación natural pro-colágeno, es simple y curioso. Las orugas van secretando un líquido viscoso, lo que vendría a ser como la seda líquida que, al entrar en contacto con el aire, se solidifica formando estos delicados caparazones.
Antiguamente se ahogaba a la oruga antes de que se convirtiese en polilla para extraer el hilo porque se consideraba que mejoraba su calidad. Mahatma Gandhi criticó duramente estas técnicas. Desde entonces los activistas de los derechos de los animales, permiten que la polilla salga del capullo, algo innegociable, aunque de este modo la fibra se rompa y empeore la calidad de la seda.
Cokon Lab cultiva moreras de seda orgánicas a gran altura y para ello utiliza un proceso innovador que mejora de forma respetuosa las propiedades de la seda cultivada. Para garantizar la mejor calidad, se producen en Kumamoto (isla de Kyushu, Japón) a partir de ingredientes completamente naturales mediante un proceso 100% trazable.
Su investigación sobre las hojas de morera orgánicas, muestra que la sericina (con proteínas y aminoácidos muy similares a los de la piel humana), generada por sus gusanos de seda cuidadosamente cultivados en su planta de agricultura limpia, potencia las propiedades hidratantes y de retención de la humedad en comparación con otras especies. Una media de 10 a 30 veces más que los capullos cultivados de forma estándar.

Dosis de gel de ducha que caben en un bolsillo
Porque puede que donde más se esté avanzando en esto de la sostenibilidad, sea en la categoría de higiene. Desde los jabones 99% naturales para cabello y cuerpo en botellas de aluminio recargables de la marca británica Fiils. A los sobres compostables con gel de baño prensado de Plus Body Wash. O las dosis de jabón en polvo que se activan en contacto con el agua de la escandinava Forgo, una de mis preferidas.
Son la versión optimista de la sostenibilidad. Contienen menos agua que la que se utiliza por regla general en la fabricación de un gel de baño tradicional. Son livianos, de diseño divertido, reducen en un alto porcentaje la huella de carbono. Y algunas, como Forgo, son plenas defensoras del “zero waste” al no utilizar materiales sucios, como los plásticos, en su embalaje.
Forgo se presenta en dosis de jabón en polvo envasadas en comodísimos sobres de papel que se convierten en una lujosa mousse cuando se mezclan con agua tibia. El kit de inicio, contiene un dispensador de vidrio reutilizable y tres sobres con jabón en polvo de recambio. La fórmula, un 99% a base de plantas y Cocoil glutamato de sodio, derivado de frutas y plantas, que es lo que proporciona una espuma de gran calidad.
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