Dentro de la pléyade de ejemplares cosméticos, el serum facial está en el pináculo de los más demandados. Solo hay que echar un vistazo a las búsquedas de Google. Pero también a los resultados: ¿Para qué sirve? ¿Cómo usarlo? ¿Cuál elegir? Y es que, aunque sea un formato con el que estamos muy familiarizados, su constante evolución, nos obliga a reposicionarnos en la casilla de salida…
Con el serum facial, las marcas de belleza se marcan un órdago a la hora de lanzar fórmulas inéditas. Porque da mucho juego. Su textura es versátil y se adapta a todo tipo de pieles, gustos y géneros. Permite jugar con una alta concentración de activos, lo que lo convierte en un tratamiento intensivo y de acción diana: es decir, va directo al objetivo. Y su galénica, ofrece la posibilidad de combinarlo para ofrecer rituales a medida.
Es como ese best-friend que todos queremos tener al lado. Pero las inquietudes de consumo actuales y el plantel de tendencias, han añadido otras muchas razones por las que afinar más a la hora de seleccionar: que tengan un cariz sostenible, que su packaging sea eco-responsable o que su desarrollo formulativo esté basado en la ciencia. Y si tiene un premio Nobel, órdago a la grande.
El último que ha caído en mis manos, Intense Renewal Serum de Noble Panacea, además de cumplir todos esos nuevos requisitos, tiene un código INCI tan exquisito, que no sé si mantenerlo en el estante del cuarto de baño o guardarlo bajo llave en el arca de tesoros de la profesión (junto a alguna de mis colecciones de perfumes, por ejemplo).
Tecnología verde, un sistema de liberación inédito y envases nómadas
Estos son los puntos fuertes de Noble Panacea. Y podría seguir alabando sus credenciales. Pero vamos a centrarnos en el tema que nos ocupa: su Intense Renewal Serum, dentro de su colección The Absolute, la más premium de la marca, un serum facial de regeneración intensiva, con un elenco de principios activos desarrollados por biotecnología, repartidos en lo que ellos denominan sus “dosis activas”, que parece más un menú de Ferran Adrià de 5 estrellas Michelín, que una receta cosmética.
Porque es una receta de “cosmética fresca”, gracias al envase que la alberga: pequeñas dosis de un solo uso reciclables que preservan su estabilidad y frescura, y un sistema de liberación de activos inteligente que, hace de este serum facial, un prodigio del ritual de belleza.

Y me copio a mí misma: “Este pionero sistema de entrega, está revolucionando la forma de entender la eficacia de las cremas. Se trata de una estructura cúbica octogonal perfectamente simétrica, 10.000 veces más pequeña que una célula de la piel. Capaz de albergar y proteger los ingredientes a nivel molecular para preservar la frescura y la potencia de los activos. Con ello se evita lo que la marca denomina ‘interacción cruzada’.
O lo que es lo mismo: que ingredientes como la vitamina C o el retinol, más inestables y con riesgo de desvirtuarse por la exposición a agentes externos, como la luz o el oxígeno, sean protegidos para garantizar su integridad y frescura, optimizando así su acción cosmética. Con ello se genera una frecuencia programada: cada activo se libera en el orden adecuado y actúa en el momento oportuno, para maximizar la actividad de la fórmula. Un método programado por capas múltiples que permite una dosificación constante”.
Una receta de activos que restaura la juventud
Este suero ultra concentrado de renovación intensa, está desarrollado para combatir todos los signos de la edad. Estimula el proceso de regeneración natural de la piel, actuando en el centro de la célula, además de hidratar, nutrir y potenciar la luminosidad. Un todoterreno antiedad que vale más por lo que hace que por lo que cuesta, y a juzgar por este último dato (439 €), nos podemos hacer una ligera idea de todo lo que hace…
Y lo consigue gracias a la sinergia de activos máster, como el combo antioxidante de té blanco, verde, negro, rooibos, el regenerador y omnipotente retinol y la trepenona, un activo sin parangón que repara el daño del ADN, retrasa el envejecimiento y prolonga la vida de las células de los fibroblastos, responsables de la síntesis de proteínas de la matriz extracelular, como colágeno, y glicoproteínas como la fibronectina y la laminina.
Y los no mencionados pero no por ello menos alabados: rosa canina, rosa damascena, coenzima Q10, vitamina C, salvado de arroz, extracto de granada, mangostán y moringa, ceramidas, extracto de buddleja y gluconolactona. Un combinado de nutrientes, antioxidantes y polihidroxiácidos, que potencian la regeneración, reparan el daño celular y aportan los nutrientes que las células necesitan para recuperar la juventud perdida.
Forever Young, I want to be forever Young … Que tarareaba Alphaville, un alegato en pro de la longevidad en toda regla. Una longevidad que está más cerca que nunca…
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