Siempre me he confesado una promiscua del perfume. La fidelidad en estas lides no es algo de lo que pueda presumir. Sin embargo, hay marcas con las que comulgas de una manera especial y te haces devota de todas sus creaciones casi sin darte cuenta. Para mí una de ellas es Serge Lutens. Tanto, que tuve una época un tanto maniaca y quería poseer buena parte de su amplio portfolio… La verdad es que no me fue del todo mal porque en mi colección personal tengo 13 maravillosos perfumes del creador.

Siento debilidad por Féminité du Bois y Santal Majuscule, pero otros como Chergui, Baptême du Feu o Vétiver Oriental, también me hacen ojitos. Está claro que mi debilidad son las maderas y el ámbar, dos de las familias en las que se dividen las 17 fragancias que forman la Collection Noir, la misma colección que ahora acoge el último lanzamiento de Monsieur Lutens: Dent de Lait (180 €, 100 ml.).
«(…) Es la pérdida del primer diente como un momento de iniciación que marca el fin de la niñez y el comienzo de una nueva era de la razón. Cuando la sangre entra en contacto con la leche». Serge Lutens
Así describe el padre a su nueva criatura, un aroma dentro de la familia Mohair de la colección Noir. Según cita la nota de prensa, la composición de este nuevo perfume gira en torno a las notas de incienso, vainilla, almendra y notas metálicas y de leche. Soy una suprema adicta al incienso, en todas sus versiones, por tanto empecé a relamerme los labios cuando leí el elenco de ingredientes. Sin embargo, la primera sensación que me dio me llevó al recuerdo de otra de sus creaciones dentro de la colección “Eaux”, y me refiero a Laine de Verre, creado en 2014, una virguería de perfume aldehídico, jabonoso, almizclado, paradójico donde los haya, porque engancha tanto a los que les gustan los aromas limpios, como de lino recién lavado y almidonado, como a los amantes de los perfumes intensos y penetrantes.
Yo me confieso militante de esta última legión, pero aún así, a Laine de Verre le profeso mucho cariño. Especialmente en las mañanas de primavera cuando me ducho y me pongo ropa limpia, este perfume remata, rubrica, la sensación de purificación, de luminosidad, de puro optimismo. En Dent de Lait puede que predominen más las notas metálicas que las especiadas, es un aroma cristalino, casi transparente. El acorde metálico deduzco que nos quiere llevar a la sangre y la vainilla con incienso a la leche. ¿A qué huele la sangre? Cuando reviso nuevos lanzamientos o los perfumistas me cuentan el concepto o inspiración de sus nuevos aromas e intentan explicarme ese acorde sangriento, a mí solo me viene a la cabeza el metal, cada uno de los componentes de la sangre, el hierro, el cobre… En perfumería el acorde sanguíneo se traduce con aldehídos y acetona. Más concretamente un compuesto aldehídico llamado Trans-4,5-Epoxy-(E)-2-Decenal, y dicen que nuestra sensibilidad a él es extraordinaria.
Hay incluso firmas de perfumes que flirtean con la sangre para dar sentido a su concepto, como Blood Concept, sus primeras fragancias A, B, AB y O dan buena muestra de ello; sin embargo, recuerdo que con el único perfume que he percibido ese punto sangriento intenso es con Eau de Protection, la edición que Rossy de Palma hizo con Etat Libre d’Orange. Es curioso porque cuando me viene de nuevo este perfume a la memoria, a pesar de ser una fragancia floral, solo recuerdo su matiz a sangre. Su salida es absolutamente rosácea. Como los pétalos de una rosa roja en bruto encerrados en un frasco casi sin pedirle permiso. Pero según evoluciona en la piel, te lleva a esa parte sangrienta, mundana, esta nota aguda que te lleva al recuerdo del sabor de hierro en la boca cuando uno se chupa el dedo herido por su tallo espinoso. Es posible que se deba a que la rosa tiene un componente que es el Óxido de rosa que le da ese matiz metálico, y en más cantidad el geranio, dos de las notas principales de Eau de Protection. Dent de Lait es más refinada, no te da ese zarpazo sanguíneo según la hueles, quizás porque se trate de la sangre de un niño, una sangre nueva, sin desvirtuar, de ese niño que pasa “a la era de la razón”, como dice el Sr. Lutens.
Deja una respuesta