Dicen que la nueva mentalidad se resiste al anti-aging por su cariz negativo, tendemos al pro-aging, al lifting natural instantáneo, a las técnicas menos invasivas que en vez de borrar de un plumazo arrugas y finas líneas reeducan los tejidos para que se mantengan tersos por más tiempo. En la constancia y la prevención está la clave. Hace años probé una técnica en manos de una experta en medicina china que reaparece de nuevo en mi vida gracias a Carmen Navarro. Se trata del lifting vibracional energético, una forma más que agradable de rejuvenecer por el principio de resonancia.
Ya hay evidencias que confirman que la vibración y el sonido pueden afectar a la materia, interactuar con las moléculas y activar los mecanismos naturales de curación. Ahí están los estudios del Profesor Masaru Emoto, quien demostró que el sonido era capaz de cambiar la estructura molecular del agua evolucionando a bonitos e intrincados patrones geométricos. El Profesor Jeffrey Thompson, experto en ciencia del sonido, aseguró que la vibración sonora viaja cinco veces mejor por el agua que por el aire. La activación del cuerpo mediante esta frecuencia es una forma muy eficaz de estimulación corporal total, sobre todo a nivel celular. El estímulo directo del tejido celular vivo, utilizando la vibración de la frecuencia del sonido, ha mostrado una activación del metabolismo celular, y con ello, la posible movilización de los mecanismos de curación.
¿Adónde quiero llegar? Pues si el cuerpo humano está constituido en un 60% de agua, el cerebro en un 70%, la sangre en un 80% y los pulmones en un 90%, y el sonido es capaz de cambiar la estructura molecular del agua, imaginemos lo que la vibración y frecuencia del sonido pueden hacer a nivel terapéutico en todas nuestras estructuras. Esa es la base de los baños de sonido a base de cuencos de cuarzo y tibetanos tan de moda. Pero toda esta prolija teoría también se puede llevar al campo de la estética. Hay una técnica facial capaz de estimular el sistema linfático, drenar toxinas y líquidos estancados, activar la micro-circulación oxigenando y nutriendo tejidos, tonificar la musculatura y tensar el tejido facial mediante frecuencias vibratorias.
Lo llaman Xiéyin Facial (150 €, 70 minutos en Carmen Navarro), y se sirve del diapasón (sí, ese dispositivo metálico con forma de horquilla utilizado para afinar los instrumentos musicales) para eliminar arrugas, flacidez y tonificar los tejidos. Pero este protocolo holístico es más que un lifting natural instantáneo, se trata de un tratamiento terapéutico global que trabaja a 3 niveles:
- Biológico, activa el oxígeno, el riego sanguíneo y el sistema linfático provocando una intensa limpieza celular.
- Energético, equilibra centros energéticos (chakras), y al trabajar sobre meridianos y puntos de acupuntura, se produce un reequilibrio afectando a todos los sistemas del organismo.
- físico, el efecto de la vibración produce una profunda relajación del sistema nervioso y estimula el sistema inmunitario. A nivel epidérmico, tonifica y estimula la musculatura.
Y lo hace a través de una vibración concreta: el OM medio, el sonido universal, el mantra más recitado, la frecuencia del chakra corazón. Devuelve la armonía al cuerpo a nivel físico, mental, emocional y espiritual; y el OM bajo, diseñado para vibrar con una frecuencia grave, que le aporta mayor poder de penetración, muy útil para aliviar el dolor y equilibrar cuerpo y mente, así como para desbloquear emociones profundas y desajustes corporales.
Xiéyin Facial es un protocolo de Phyto5 (marca suiza vegana, holística y energética formulada con aceites esenciales y extractos de plantas), y trabaja con la vibración cromática, aromaterapéutica y cuántica, con los beneficios del sonido y de las vibraciones del diapasón, que es capaz de alcanzar los músculos y tejidos más profundos, desbloqueando determinados puntos de acupuntura, estimulando sistemas nervioso e inmunológico, favoreciendo el efecto inmediato de bienestar y relajación. Si estás buscando un tratamiento lifting natural e instantáneo, pregunta a Carmen Navarro.
Deja una respuesta