Dicen que los rituales son como representaciones teatrales para el subconsciente. Porque captan que lo que se representa, es real. Y una pieza esencial de todo ritual son las velas perfumadas. Llanas o decoradas. De simple cera o infusionadas con las esencias más sublimes. No importa el formato, son la vía esencial para canalizar la sabiduría antigua en la era moderna.
Una forma muy sencilla y poderosa de enfocar la energía. Si la magia es igual a la intención más la energía en acción, entonces la magia con velas es la parte de acción de la ecuación. Pieza esencial de los altares, desde los más místicos a los más profanos. Como medio de rendir pleitesía a los dioses o instrumento chamánico de transmutación. Qué hace el fuego, si no.
La magia de las velas se ejerce a través de la intención. Quién no ha depositado sus deseos más íntimos y ocultos en este cilindro iluminado que nos evoca esa promesa de realización. No importa lo complicada que sea la empresa. Con tan solo prender la mecha y concentrar tu energía mental, sientes que tus deseos y plegarias despliegan sus alas. Atraer y manifestar. Esa es la magia de un buen Ritual Candle.

Velas perfumadas, al alternativa moderna a los rituales clásicos
Ungir las velas en aceites y hierbas era la forma antigua de enfocar la intención hacia el resultado deseado. Verbena para conectar con ángeles y seres de luz. Canela para atraer dinero. Artemisa para la conexión psíquica. Pero hoy todo es mucho más fácil. Podemos encontrar en el mercado un buen surtido de velas perfumadas. Con una receta magnífica de esencias naturales de excelente calidad, que nos ayudan a ir más allá en lo espiritual.
Y también en lo físico. Porque encender una vela perfumada, además de caldear el ambiente de nuestro hogar a antojo, nos ayuda a soltar lastre y conectarnos con el presente más inmediato. Hay ejemplares magníficos pero, en esta ocasión, me decanto por la creatividad de la marca de Brooklyn, D.S. & Durga y su edición limitada Prime Chanukah.
Un interesante ejemplar que rinde homenaje a los macabeos que recuperaron el templo sagrado de Jerusalén después de que fuera profanado por los reyes seléucidas en la antigüedad. Una vela perfumada que recuerda al aceite de oliva que milagrosamente duró ocho días. Sus notas: hoja de laurel, cedro del Líbano, olivo, incienso y benjuí. Un blend sagrado que incita a orar.

Simbología sagrada, otra forma de manifestar nuestras intenciones
Según Nikola Tesla, “Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”. Esa es la realidad hermanos. Todo vibra y tiene una información en términos energéticos. Desde nuestros órganos y glándulas, al espacio que nos rodea, la música, los colores y, por supuesto, las formas.
Base de la geometría sagrada y el sentido más mundano a la eficacia de amuletos y talismanes. Es lo que uno siente al reparar en los grabados de Tuberose Myrrhder. Con sus manos alzadas mostrando los símbolos más esotéricos: el sol y la luna, en perfecta armonía. Una forma muy cool de explorar y sentir el universo en su totalidad.
Un aroma que comienza con la magia de la reina de la noche, la tuberosa. Una vela íntima para los amantes de los nardos. Perfecta para rituales nocturnos, para despertar la sensualidad innata, para encender el caldero de nuestro Tan Tien, el lugar donde se gesta nuestra energía Qi y nuestro poder personal. Combinado con mirra etíope especiada, cacao y vainilla de Madagascar. Una ambrosía olfativa difícil de olvidar…
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