Hay una tendencia en maquillaje que puede que haya pasado desapercibida. Pero ahí está. Porque siempre han estado ahí. Pero nunca antes ofrecían tantas posibilidades. Sí, hablo de las paletas, que en mi pueblo (Cuenca) hay muchas por antonomasia, pero estas son personalizables, admiten mil posibilidades de color y textura y sus envases podrían ser expuestos en una vitrina. Estos son solo cuatro ejemplos de la apuesta cromática de este verano, pero no son ejemplos cualquiera, estos han sido interpretados por la artista Paloma L. Varas, un genio con las manos y la acuarela, con los rotuladores y los lápices acuarelables. Estas son Sirena, Le Jue, Mouse y Samuray creadas en papel de grabado y técnica mixta.

SIRENA y la Paleta La France de Irisé (59 €).
Lo llaman maquillaje terapéutico. Y con razón. Las paletas de vibrantes colores de la marca Irisé invitan al hedonismo y la experimentación a través del color. Su creadora, Maude Gay, las diseñó con la intención de cambiar el estado de ánimo. Su ventaja: son paletas personalizables, si no te gusta algún color, puedes reemplazarlo por otra de las opciones que ofrece la marca; son de libre albedrío, las puedes aplicar anárquicamente con los dedos o usar la técnica y darle al pincel; y son tonos altamente pigmentados, por tanto no te quedarás sin sombra a la mínima de cambio. A mí me encanta La France (tres sombras de ojos y un colorete), porque combina dos de los colores que más favorecen en verano: el verde turquesa y el azul tinta, además del rosa anaranjado que levanta hasta los semblantes más anodinos.

LE JUE y la Paleta Soleil Summer Cheek Duo de Tom Ford (67 €).
Si hay algo que me gusta de Tom Ford es que despierta el sexy con todo lo que crea. Es su seña de identidad, su razón de ser creadora. Soleil Summer es una invitación en toda regla a entornar los párpados y entreabrir los labios para decir ¡Oh, sí!… El colorete combina dos de los tonos que más favorecen a todos los tipos de piel, fucsia y coral, son una apuesta segura, además son cremosos, su pigmento es luminoso porque contienen partículas de oro de 24 k que reflectan la luz, realzan el bronceado y favorecen hasta decir ¡basta! Un plus: se pueden aplicar en seco si lo que buscas es un acabado sutil o humedecidas para un color intenso.

MOUSE y Les 9 Ombres Édition No. 2 Quintessence de Chanel (80 €).
Esta edición limitada de Chanel combina nueve tonos en diferentes texturas y acabados, desde cremosas y empolvadas a mate e irisados, que se pueden utilizar solas o combinadas entre sí para alcanzar alegorías de color casi inéditas. Su lujoso estuche lacado negro (cortesía de Chanel) es nómada e invita a llevarlo a todas partes.

SAMURAY y Terracotta XL Collector Hestia Island de Guerlain (66 €).
Se podría decir que resistirse a un Terracotta de Guerlain es casi un sacrilegio. No solo por su perfección en la formulación, sino por la finura de sus partículas, por su aroma sugerente (en este caso ylang-ylang, azahar, vainilla, almizcle…) y por el diseño de su envase, como ninguno otro. La edición de 2019 está inspirada en las diosas de la antigüedad, y yo me he decantado por Hestia Island, la diosa del fuego sagrado. Mitología aparte, esta joya tamaño coleccionista incorpora un colorete rosa cremoso en el centro y polvo bronceador ensalzado con un ramillete de pigmento dorado para realzar de forma magistral el bronceado. Es Terracotta… Su envase se decora con un relieve de metal intrincado en la tapa y una bóveda azul turquesa como tributo a la belleza calma del Mediterráneo.
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