Hace unas temporadas nos impactó la onda expansiva del boom cristalino, una tendencia que vino cargada del misticismo y vibrante fulgor de cuarzos y gemas. Los reyes de las redes fueron el roller de jade y la gua sha de cuarzo, dos imprescindibles en los cuartos de baño de las beauty-setters milénicas que mercantilizaron las herramientas de la medicina tradicional china y otros remedios de la vetusta realeza, que descubrieron que realzaban la belleza por pura serendipia. En su origen, los acupunturistas trataron puntos faciales con estos instrumentos para tratar dolencias en otras partes del cuerpo, así tuvieron su momento de ¡Ahá!, cuando comprobaron que las arrugas también desaparecían.
También hemos re-descubierto el secreto del cuarzo rosa, utilizado desde la antigüedad en muchas civilizaciones por sus propiedades antienvejecimiento. Las mujeres egipcias molían el cuarzo y lo aplicaban en el rostro como parte de su régimen de belleza. Puede que en este ritual se haya inspirado la facialista de las celebrities Angela Caglia para crear su fastuosa Rose Quartz Goddess Face Mask, un entramado de diminutas piezas de cuarzo rosa hecha a mano con más de 250 piezas (está pendiente de patente) que favorece el flujo sanguíneo, el drenaje linfático y minimiza bolsas y ojeras. La marca Skin Gym tiene una versión similar un poco más económica, Rose Quartz Crystal Face Mask, cuya función básica según describe la marca es calmar y relajar. Interesante también su versión para el contorno de ojos, Jade Eye Mask, hecha con jade Xuiyan de grado A, una moderna copia de las que usaban las emperatrices chinas hace miles de años.
Sí sabíamos que las gemas y cuarzos se llevan usando en la cultura china desde el siglo VII por su acción rejuvenecedora, pero lo que quizá no sabíamos tanto es que muchas de esas piezas estaban realizadas con piedra Bian, algo que también ha sido rescatado del pasado por la marca Wildling Beauty con su Empress Stone, una sofisticada gua sha facial realizada con este material, una amalgama de más de 30 oligoelementos y otras sustancias, reconocidos por sus propiedades curativas. Según cuenta la leyenda, la misteriosa piedra Bian se creó cuando un meteorito golpeó una montaña en la antigua China. Dicen que cuando se frota en el cuerpo, esta misteriosa piedra emite impulsos ultrasónicos, rayos infrarrojos e iones negativos como resultado del impacto cósmico, todos los cuales son conocidos por sus efectos antioxidantes y antienvejecimiento en las células y el ADN.
Igual que el Heliotropo, una variedad de cuarzo al que se le atribuye una energía poderosa, no en vano lo apodan “el mago sanador”, y le atribuyen la capacidad de limpiar y activar todos los chakras, la energía del bazo y corazón, elimina toxinas, activa flujo sanguíneo y sistema linfático, entre otras muchas virtudes. Puede que por esa razón haya sido la elegida por la Crystal Healer Rashia Bell, para crear la edición especial de The Body Stone, las piedras hidratantes corporales de Kate McLeod, una interesante versión de hidratante de cuerpo súper natural y ultra sostenible, ya que todos sus ingredientes (manteca de cacao, coco, aceite de albaricoque, aguacate…) se compactan haciendo innecesario el uso de plásticos para envasarlo. Esta edición especial además contiene aceites esenciales de vetiver (apoya una mente meditativa) y bergamota (equilibra y aporta confianza), y a medida que se vaya usando, surgirá un núcleo cristalino de heliotropo en su interior con la intención de inspirar valentía y transformación.
Porque no solo se usan gemas y cuarzos por sus virtudes embellecedoras, sino por su energía curativa. Gem Remedies, es el mejor ejemplo, sus anillos de gemas variadas están diseñados para ser colocados sobre las partes corporales aquejadas o llevarlos colgados al cuello para que irradien su mágica energía. Incluso hay una versión diadema que vale tanto para una sesión terapéutica como para acicalar la melena en una boda Folk… Estas mezclas de piedras actúan por sinergia, ¿un ejemplo? La serpentina (equilibra cambios de humor), la cornalina (eleva la autoestima) y la riolita (infunde alegría y exalta el amor propio) trabajan al unísono para elevar la vibración en momentos de baja motivación. Otro ejemplo que captó mi atención más por estético que por práctico es el adorno de almohadones y ropa de cama con tiras de cuarzos como los de Sefte Living.
Su Rose Quartz Lumbar Pillow, es un cálido almohadón con una tira de generosos cuarzos octogonales decorando su parte central, cuya intención no es otra que liberar la negatividad, atraer amor incondicional al hogar y profundizar la conexión con quienes nos rodean. No es mal plan. Algo parecido pretende Ariana Ost con sus decoraciones de pared, como Rainbow Sunburst Healing Crystal Grid, una red en forma de sol de metal con gemas en sus extremos: fucsita y cuarzo rosa (energía de las buenas para el corazón), calcita azul (transmite tranquilidad y calma), pirita (atrae el éxito, la suerte y conecta a tierra), y citrino (su vibración atrae alegría y abundancia), para permitir que la energía de los cristales viaje en forma de ondas de luz a través del entorno. Esto es lo que se llama un hogar con buena vibra.
Pero lo que más me gusta de Ariana Ost, son sus rejillas de piedras con diapasón Tuning Fork & Chakra Crystal Grid Instrument Set for Sound Healing que se ajusta con la frecuencia de los cristales. La teoría es que al golpear un diapasón de BioSonics en los cristales dispuestos en la rejilla y a continuación posicionarlo sobre cualquier zona del cuerpo, el sistema nervioso se equilibrará instantáneamente. Mi interés por el diapasón despertó cuando fui testigo de su acción como reafirmante facial energético (te lo cuento aquí). Parece cosa de brujas, pero esto es algo que ya viene de antiguo a pesar de que los centros estéticos del presente lo presenten como una nueva técnica de belleza holística nada invasiva. Ariana ha diseñado varias rejillas de piedras según los beneficios que deseemos obtener, con cuarzos, turmalinas y un mix de gemas para que no se nos escape ninguna vibración de las buenas.
Dicen que cuando una tendencia se lleva al extremo, volvemos a la corriente contraria. No sé si el boom cristalino dará más de sí, pero no puedo negar lo mucho que estoy disfrutando…
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