Mani-curas, pedi-curas y ahora también “Vagi-curas”, una especie de protocolo de acicalamiento íntimo que encumbra el grooming genital al estatus de puro boato. Uno de mis primeros artículos en Harper’s Bazaar se centró en esta delicada zona de la anatomía femenina, Explorando por el Monte de Venus, lo titulé, y en él desgranaba las pepitas de un potencial y floreciente nicho de mercado hasta el momento nada explorado: el embellecimiento vaginal. Desde cirugías de labios menores y mayores hasta láseres blanqueantes para la zona anal, una realidad en el mercado (porque demanda habrá…) que, sin embargo, seguía ruborizando al personal a la mínima que mencionabas “vagina”.

El tabú seguía presente, pero la industria de la belleza, obstinada en monopolizar hasta el último milímetro cuadrado de nuestro físico, se empeñó en hacer que nos reconciliemos con una de las zonas que, para muchas mujeres occidentales, sigue siendo una perfecta desconocida. El embellecimiento tópico ya era una mera utopía. De los geles limpiadores antiinfecciones se saltaba a los lubricantes, nada más a la vista en cuidado genital. Hasta que Sesderma, potente farmacéutica española con un interesante presupuesto en investigación, se hizo eco de las primeras tendencias y lanzó al mercado Nanocare Intimate Gel de Rejuvenecimiento Genital para conseguir una piel más firme, hidratada, elástica y protegida.

Pero todo se quedaba en el ámbito médico o farmacéutico, no había productos cosméticos y sensoriales de alta gama diseñados para esta específica zona. Hasta que una horda de pequeñas marcas innovadoras, independientes y artesanales, con pocos productos elaborados a mano en pequeños lotes, salieron pizpiretas redefiniendo el concepto de cuidado íntimo. Pronto las ediciones más punteras empezaron a lanzar titulares como Vagina: the next big thing, y cuidados botánicos con cero tóxicos conquistaron los corazones de los deseosos de nuevas aventuras.
Algunas de esas marcas, como Lady Suite, Foria Wellness o Fertile Alchemy, cuentan con un solo producto en sus portfolios, eso sí, best-seller… Un aceite milagroso que vela por la zona íntima. Lady Business Oil, de Lady Suite, es un elixir botánico rejuvenecedor con Tamanu orgánico (repleto de vitamina A de acción regenerante), aceites esenciales de cedro, naranja dulce (hay ciertos estudios que atribuyen a los cítricos como naranjas, limones y limas, el efecto de reducir las molestias habituales del síndrome premenstrual) y zanahoria (reafirma), además de un interesante extracto: el de Eclipta Prostrata, que combate las molestias e irritaciones causadas por el rasurado, la depilación y el vello enquistado.

Fertile Alchemy Aromatic Oil es una interesante mezcla de aceites vegetales infusionados con piedra luna (la piedra de la mujer) y aceites esenciales (geranio, salvia sclarea, incienso, ylang-ylang…) que equilibran el sistema endocrino, promueven la fertilidad, el bienestar emocional y la autoaceptación. Awaken de Foria, se centra más en el placer con una combinación de extractos botánicos de efectos estimulantes y afrodisíacos (raíz de kava, canela, jengibre…) y aceites esenciales (cardamomo, menta, vainilla…) a los que se suma el cáñamo (disminuye la tensión muscular, aumenta el flujo sanguíneo y elimina el dolor). Todos ellos pensados para masajear la zona genital, restablecer sus funciones naturales y ampliar la sensibilidad.
Otras, como The Honey Pot Company o Yoni Care desafían los estándares de la higiene íntima: espumas y toallitas limiadoras, tampones, compresas y protectores de pantys realizados con algodón orgánico, no contienen plásticos ni ingredientes sintéticos, ni blanqueadores con cloro ni rastros de ningún tipo de pesticidas, un repertorio muy esmerado para quienes buscan una alternativa saludable al cuidado femenino libre de químicos, parabenos, carcinógenos y sulfatos.
Y para velar por todo ello y seleccionar las marcas que mejor cumplen estas condiciones se ha creado The Bloomi, una tienda en línea que evalúa minuciosamente los productos antes de considerarlos aptos para consumo femenino. Analizan los tóxicos, alérgenos y disruptores hormonales que pueden causar ciertas enfermedades. Lo interesante de The Bloomi es su apartado Blog donde se habla abiertamente y sin tapujos sobre la sexualidad femenina, la menstruación o cómo construir una vida saludable y placentera en torno a nuestro feudo íntimo.

The Perfect V, sin embargo, ha obligado a la industria de la belleza a crear una nueva categoría cosmética: la vaginal. “La V es ese pequeño y bonito triángulo a veces limpio, otras veces rebelde, pero siempre perfecto y único en su propia forma personal”, comenta en la web su creadora, Avonda Urben, una especialista en belleza oriunda de Nueva York, con residencia actual en las afueras de Copenhague. The Perfect V es una gama de productos inspirados en el estilo de vida de las mujeres escandinavas, para rejuvenecer, realzar y embellecer nuestra V, cremas nutritivas, exfoliantes, sueros reafirmantes, mascarillas refrescantes… Formulados con ingredientes de origen escandinavo y vitaminas con propiedades antiedad.
Este seguro es tan solo el prólogo de un largo y fructífero diálogo con la vagina. Como dijo Diana Vreeland: “Siempre tuve una visión perfectamente clara de lo que era posible para el público. Darles lo que nunca supieron que querían»…
Deja una respuesta