Esta mascarilla ha sido uno de mis mejores descubrimientos en mi último viaje a Nueva York. Había leído muchas reviews de editoras de belleza hablando de sus múltiples virtudes y tenía que probarla…
El resultado no decepciona, su curiosa formulación con ingredientes de extraordinaria pureza de origen islandés hace milagros en la piel (desde la primera aplicación). Lo primero que verás es una textura lisa y renovada y una luminosidad extrema. Su extracto de menta verde, además de refrescar y aclarar la mente, activa la microcirculación, alivia irritaciones y pieles acnéicas y ayuda a retener la humedad evitando el envejecimiento prematuro. Tiene todos los ingredientes para convertirse en un producto de culto.
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