Al sector de la belleza (con el perfume a la cabeza) se le ha puesto entre ceja y ceja que olamos a Daiquiri. Las notas frutales exóticas (coco, mango, lichi, maracuyá…), las florales más seductoras (tiaré, frangipani, gardenia…), las especias más ardientes (vainilla, cardamomo, pimienta…) con un toque de ron, lo agitas y tienes el combo perfecto para sentirte como en un verano eterno. Una sensación de buen rollo perpetua que siempre queremos repetir, porque no nos engañemos, el verano es la estación del hedonismo y el placer, el sol estimula nuestras endorfinas y nos vemos y sentimos bien. Quien lo niegue, miente.

Los perfumistas han puesto las miras en destinos paradisíacos, como Australia (Sydney Rock Pool, Arquiste), California o Hawái, de donde, por cierto, es endémica una de las flores que más se está interpretando últimamente: el Frangipani. Hasta Jo Malone le ha rendido pleitesía con Frangipani Flower (108 €, 100 ml.), una edición limitada que estará a la venta a partir de abril, un aroma alegre y muy adictivo que se conjuga con jazmín, ylang-ylang, la cremosidad del sándalo y el efecto estimulante del limón. Otras ya lo hicieron antes, como Frangipane de Chantecaille, elegante y seductor, y algunas, lo han mezclado con otra de las flores más estivales: el tiaré, en 103 Tiare Flower, de Bon Parfumeur que también le hace un hueco al jazmín, la vainilla, el hibiscus y hasta un acorde de arena, para darle un punto más playero. Louis Vuitton ha decidido conquistar nuevos territorios sensoriales en California y capturar con su nueva trilogía olfativa el buen rollo de la Costa Oeste; Sun Song es un verdadero canto al verano eterno, a los rayos de sol que se reflejan en el mar, una delicia solar con flor de naranjo, nerolí, petit-grain y almizcles para realzar la cremosidad epidérmica. Guerlain ha preferido el jugo y el fruto del coco para interpretar una de sus nuevas Aqua Allegoria: Coconut Fizz, que tiene la intención de transportarnos a una playa lejana en el Océano Índico, un viaje sin retorno, según palabras de Thierry Wasser, el perfumista de la Maison. La lista es interminable. Desde acordes que rememoran el toque lechoso de los protectores solares a acordes salados, marinos, de roca, o luz solar…

Del mismísimo Hawái acaba de llegar Garden Isle, el nuevo aceite nutritivo corporal de Leahlani, con aceites vegetales de kukui, tamanu, noni, fruto del café de Hawái y aceites esenciales de jazmín, gardenia, ylang-ylang, plumeria, vainilla y sándalo (casi nada…), está inspirado en la costa lejana que le da nombre y el aroma de los vientos alisios cálidos y tropicales que se convierten en el adictivo sillage de este sensual elixir. Y es que el espíritu wanderlust revolotea en el ambiente. Esa sensación de escapismo perpetuo, de querer viajar y rendirse a la magia de lugares remotos. Hasta hay quienes dicen que existe el gen Wanderlust, un derivado del Gen DRD4 que está ligado a la dopamina (el químico encargado de enviar señales de placer al cerebro) que nos impulsa a movernos y disfrutar de cada destino. Wander Beauty (a la venta en Net-à-Porter) se ha creado bajo esas premisas y con la intención de reducir el tamaño de los neceseres con productos esenciales versátiles, multitarea e ingredientes de lujo provenientes de todo el mundo. Perfect Illusion Duo, uno de sus best-sellers, combina una brocha kabuki doble y una base de maquillaje líquida que se adapta a todo lo que necesitemos: acabado ligero y luminoso, alta cobertura, corrección de manchas e imperfecciones… Su fórmula rescata el loto de Corea (regenera la epidermis), la pasiflora incarnata de Francia (reduce la inflamación y calma las pieles irritadas) o la grosella negra de Australia (cargada de vitaminas y antioxidantes). El nomadismo se apodera del packaging. Los nuevos productos vienen en formatos compactos, transportables, los discovery set, con viales de tan solo 10 ml, incitan a descubrir y experimentar, a viajar aunque sea mentalmente.

Y el maquillaje tampoco se queda atrás. Venimos de una obsesión inusitada por la búsqueda incansable de la luz, que sigue presidiendo las tendencias, pero hoy la belleza también orbita en torno al arte de vivir y la frescura de la salud. Esos matices vibrantes que aportan tridimensionalidad al rostro y lo hacen rebosar de lozanía ahora se tornan tostados, con toda la armonía de color que nos regala la madre Tierra. Eso es precisamente lo que nos ofrecerá Dior esta temporada con su colección de verano Wild Earth (a la venta en mayo), con tonos terrosos inspirados en el calor del desierto. La gama de marrones se hace con las paletas más codiciadas, como Naked Reloaded de Urban Decay, con 12 nuevos tonos que favorecen a todo el mundo (palabrita de la marca) diseñados para todas las edades, sexos y tonos de piel. Desde hace unos años también tenemos la gama Les Beiges de Chanel que nos concede la licencia de vernos y sentirnos con ese buen aspecto que siempre tenemos cuando regresamos de vacaciones o pasamos un día en la naturaleza.
Seguiremos utilizando blush y bronzers, pero no de la manera en la que hasta ahora los entendíamos. Perderemos el miedo a las vibraciones rojizas, o eso pretende la industria, porque no nos puede quedar mal, el rojo es vida, es el matiz que llevamos en nuestras entrañas, corriendo por nuestras venas. Eso es lo que representa el colorete esta temporada: salud, el flujo sanguíneo que circula por nuestras mejillas. Vida, salud, placer, escapismo… No suena mal la temporada. ✪
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