Primero fueron los rodillos de jade, luego las gua sha de cuarzo rosa y ahora… ¿Peines de gemas? Parece que el movimiento new age está haciendo de los rituales con piedras el santo grial de la belleza. Si funcionan o no, es tema de otro post… Pero la idea de estos curiosos peines es de la estilista de cabello con salón en Los Ángeles Andi Scarbrough. Según ella misma manifiesta, en sueños le vino la idea de intensificar el acento holístico de sus tratamientos capilares con peines de minerales (obsidiana, cuarzo rosa, amatista…) para tratar a un nivel energético. Al parecer, peinar la melena con peines de cuarzos elimina la contaminación electromagnética, asienta la energía y combate la radiación. Visto así…
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Cada peine tiene un valor de 150 dólares. Andi Scarbrough dice que cuando soñó la idea no encontró nada parecido, pero el tratamiento de medicina china con gua sha ya planteaba algo similar hace miles de años, si te interesa un sucedáneo, puedes encontrar versiones de jade o cuarzo rosa a unos 20 € en amazon.com.
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Porque esto de la energía capilar no es algo nuevo, como todo lo que ha rescatado la generación milénica, los yoguis ya prestaban atención, y mucha, al cabello. Desde una perspectiva yóguica, el cabello es una extensión del sistema nervioso, es un regalo de la naturaleza que puede ayudar a elevar la energía Kundalini (fuerza creativa), lo que aumenta la vitalidad, la intuición y la calma (¿alguien ha visto a un yogui con pelo corto?). Las fibras de pelo se consideran antenas que canalizan la energía del sol o prana y la transportan a los lóbulos frontales, la parte del cerebro que se utiliza para la meditación y la visualización. Así que ojo con las modas, porque al parecer si te cortas el cabello se necesitan aproximadamente tres años para que se formen nuevas antenas…
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«Los peinados de moda son solo una tendencia, pero si investigamos, podemos descubrir que nos hemos estado privando de una de las fuentes de energía más valiosas para la vitalidad humana», decía Yogi Bhajan. De hecho los yoguis acostumbran a peinar el cabello de adelante hacia atrás, de atrás hacia delante y de un lado a otro para equilibrar el campo energético. No se cortan las puntas, aunque las tengan abiertas, las nutren con aceites vegetales durante la noche para que se fortalezcan. Por tanto puede que el asunto no sea tan baladí. El cabello es como un cuaderno de bitácora donde se recoge todo lo bueno y lo malo que hayamos hecho. Lo bien o mal que comemos y bebemos, el nivel de estrés y carencias asociadas al estilo de vida. Tratarlo con bálsamos fortalecedores que aporten un extra de luz está muy bien, pero quién sabe, quizás mimarlo a nivel energético nos aporte un extra.
Misticismos aparte, la cuestión es que, peinarnos con estas joyas, al menos relajante tiene que ser. Esas púas gruesas y frías, característica típica de los minerales de buena casta, surcando el cuero cabelludo una y otra vez, no sé si equilibrará la energía, pero cierto efecto somnífero tiene que tener.
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