Quien bien me conoce, sabe que nunca cambiaría el poder de unas buenas manos por la mejor tecnología para un lifting facial. Sí, ya sé que nada mejor que una avanzada aparatología para obtener un cambio radical. Pero también mantengo que, someterse a técnicas manuales intensivas, de una forma constante, puede obrar milagros en la estructura del rostro de forma natural.
Por eso atesoro un sinfín de experiencias, técnicas y métodos únicos, que he ido experimentando gracias a mi profesión. Uno de los últimos ha sido el CosmoLifting Japonés desarrollado por el Instituto de Reflexología Facial de Lone Sorensen, que acaba de incluir en su menú de tratamientos Maison Eduardo Sánchez (Calle de Marceliano Santa María, 5, Madrid).
Pero antes de meternos en harina, decir que Lone Sorensen se educó en Dinamarca en técnicas como reflexología facial, acupuntura, kinesiología y cráneo sacral. Aparte de otras disciplinas, como terapias neurológicas ortodoxas. Podríamos decir que Sorensen, es la madre occidental de la reflexoterapia facial oriental, una técnica de origen milenario que pudo haberse originado en la antigua China, la misma que nos regaló las fruslerías beauty más #hashtageadas del presente: el rodillo de jade o la gua sha facial.
![Lifting facial](https://beautymatters.style//wp-content/uploads/2021/05/cosmolifting2-683x1024.jpg)
Una metodología única
Aunque algunos afirman que ya los egipcios sabían de sus virtudes y que, en la América pre-colombina, comprobaron que estimulado ciertos puntos faciales, repercutía en zonas del cuerpo concretas. Hasta tal punto, que fue la técnica de elección para rehabilitar a menores discapacitados y ciertas lesiones cerebrales. Por una razón, el impulso que se logra mediante la estimulación nerviosa de puntos del rostro, a diferencia de otras zonas reflejas, como los pies, es más potente por su cercanía al cerebro.
Y esa simbiosis entre tradición e innovación, es el germen de CosmoLifting Japonés, una técnica única que Lone Sorensen desarrolló bebiendo de las fuentes de la reflexología facial, puntos shiatsu y el mítico masaje rejuvenecedor de Yukuko Tanaka, con el que Lorensen se topó en un congreso de estética. Una vez moldeado, este lifting facial holístico y embellecedor, se convirtió en método Sorensen en 1999. Una metodología única basada en más de 36 años de experiencia.
Con todo, este facial activa la microcirculación sanguínea, drena puntos linfáticos, eleva la musculatura, oxigena los tejidos y restablece la homeostasis (autorregulación) por la interconexión entre músculos, órganos y glándulas, a los que se puede acceder tras esa correcta y exacta manipulación de determinados puntos reflejos del rostro.
Elodie Cordonnier, reputada terapeuta especializada en recuperar el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu, es la encargada de realizar este reputado protocolo en Madrid. Elodie tiene unos dedos delicados –pero firmes como una roca–, una intensidad que consigue regular en función de las necesidades de cada rostro, porque esta es otra de las peculiaridades de este tratamiento, no es estándar, se adapta a cada fisonomía.
![Lifting facial](https://beautymatters.style//wp-content/uploads/2021/05/cosmolifting3-1-683x1024.jpg)
Un colofón muy salado…
Otro de los puntos fuertes de Cosmolifting Japonés es el ingrediente con el que se trabaja: aceite puro orgánico de rosa mosqueta. En esta ocasión, ha sido de la marca Satin Naturel, que Elodie selecciona con mucho criterio. Y todo por una razón. Según me explica Elodie, cuando se trabajan aceites vegetales orgánicos puros sobre las zonas del rostro, las áreas con bloqueos energéticos, van a absorber más rápidamente el producto. Un chivato de alto rango para localizar posibles desequilibrios.
A mí me delataron las mejillas, que se corresponden con el estómago; y barbilla y mandíbula, relacionados con las gónadas y el sistema hormonal. Y por otra razón: la rosa mosqueta es el regenerador epidérmico por excelencia. Cargado de omegas, antioxidantes y vitamina A (la vitamina de la piel), nutre en profundidad, suaviza y regenera.
Para calmar posibles alteraciones de la piel y poner un colofón a la altura de una obra de Shakespeare, Elodie masajeó con esmero mis contornos faciales con unas esferas de sal del Himalaya. Una de las sales más reputadas y puras del mundo. Contiene 84 minerales y nutrientes que, a través de la ósmosis, penetran a través de la piel para activar el mecanismo curativo natural.
También dicen que existe un vínculo entre la terapia con sal, el rejuvenecimiento celular y el intercambio de minerales y eliminación de toxinas. Aparte de su componente místico o esotérico (junto al bicarbonato, la sal limpia y despierta el aura, nuestro campo energético o cuerpo etérico), promueve el equilibrio espiritual, mental y emocional eliminando cualquier atisbo de negatividad.
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