Que yo hable de piedras no es nada nuevo ni nada extraño… Siempre me he sentido absolutamente atraída por estos prodigiosos ejemplares de la madre tierra tan especiales y magnéticos. Pero cuando empecé a ver que la industria de la belleza también se estaba haciendo eco de su alta vibración, me vine arriba como Paris Hilton en Pacha Ibiza. Cosmética infusionada en gemas, que así la llaman, se puede decir que siempre ha habido. La más genuina que conocí hace ya algunos años fue Själ, con un concepto muy especial y místico a medio camino entre la medicina tradicional oriental y los últimos avances en biotecnología, física cuántica y frecuencia. Sus productos incluyen minerales preciosos (oro, plata, cobre, platino y germanio en forma líquida y sólida, conocidos por su capacidad electroestimulante para reparar las células) y piedras (diamante, zafiro azul, rubí, amatista, citrino, turmalina…, que vibran a una frecuencia muy alta promoviendo un aumento de energía celular).
![](https://beautymatters.style/wp-content/uploads/2018/08/BOPO-WOMEN-683x1024.jpg)
Cuando tuve el primer producto de Själ entre mis manos, di las gracias y celebré mi vocación por la belleza. Era algo diferente, iba más allá del retinol o el ácido hialurónico, porque se preocupaba por otras facetas de mi ser: el equilibrio energético y el bienestar general. A una quartz-lover como yo, eso de plantearse si los cosméticos infusionados en gemas funcionan es como plantearle a Bob Esponja si su mascota Gary sería capaz de ganar la maratón de Nueva York. Incuestionable. Soy un poco try-first-and-question-later, aunque profesión obliga, por tanto vamos a dedicar estas líneas a diseccionar esta tendencia tan refulgente como el destello de su ingrediente clave, ¿son ciertos los milagrosos beneficios que las tendencias en cosmética profetizan?
![](https://beautymatters.style/wp-content/uploads/2018/08/AQUARIAN-SOUL3-683x1024.jpg)
Mi misticismo exacerbado (#piscis) casa muy bien con la teoría energética de las piedras preciosas y minerales en general. Rara vez me verás sin un cuarzo colgado al cuello haciendo placaje cada vez que alguien intenta tocarlo, no vaya a ser que esté en un día de mala vibra y me la pase vía cuarzo… Las piedras preciosas se han usado para sanar durante siglos. “El uso de las gemas es muy remoto, en el antiguo Egipto eran muy utilizados el coral, la malaquita o el lapislázuli. Incluso en el Lapidario de Alfonso X ‘El Sabio’ se escribe sobre el uso de las gemas y su relación con el mundo de la astrología”, comenta Melanie Clark, experta en el uso de gemas en terapias de sanación y directora y formadora de la Escuela Internacional de Aromaterapia de Barcelona. Se sabe que Cleopatra aparcó la burra para bañarse rodeada de cuarzo rosa, la piedra de la belleza y el amor, y que el jade ha sido utilizado en las rutinas de belleza chinas durante siglos elogiado por sus propiedades curativas. No es nada nuevo.
Todo es cuestión de vibración. Según los que saben de esto, nuestro organismo está compuesto por un 60% de agua, pero esos líquidos no son estables y generan vibraciones menos constantes; sin embargo, las gemas son sólidas y su vibración es estable, por ello su efecto en nuestro cuerpo es tan profundo. Además, por si fuera poco, nuestras emociones y pensamientos afectan a nuestra vibración y niveles de energía (bajan, ergo, enfermamos), pero si ponemos una piedra preciosa cerca de nuestro cuerpo, se sintoniza con nuestro campo y lo equilibra. Ahí radica su magia. Esa solidez energética tiene un beneficio fundamental: calma y relaja.
![](https://beautymatters.style/wp-content/uploads/2018/08/HERBIVORE-683x1024.jpg)
Este argumento ha convencido a lo más granado de la high society y los rodillos de jade o las gua sha faciales de cuarzo rosa son imprescindibles del neceser antiaging de toda beautyholic. Kate Hudson, Victoria Beckham las veneran, incluso Kim Kardashian ha declarado infusionar cristales en su nueva fragancia. “El uso de gemas en el mundo de la cosmética y terapias alternativas es un valor añadido, ya que nos ayuda a trabajar en el cuerpo áurico emocional, es decir, de fuera hacia dentro. Todo vibra a una frecuencia, el mundo vegetal, mineral y animal, solemos ser afines a una frecuencia vibratoria, por eso nos atraen o nos repelen ciertas frecuencias que no están en consonancia con nuestro momento actual”, apunta Clark. Y le pedimos que nos aclare: ¿qué es la cosmética infusionada? “Hay dos formas de utilizar las gemas, o bien la parte física que sería emplear el polvo y utilizarlo por su alto contenido en minerales, o utilizar la esencia de gema solarizada (se sumergen en agua y se dejan al sol entre 6 y 12 horas) e incluir unas gotas en la fórmula, en este caso su función sería vibracional (sus megahercios sintonizan con la frecuencia del cuerpo humano)”.
Y añade: “Los cuarzos amplifican la vibración, así que aportan una frecuencia, por ejemplo, la Amatista eleva la intuición y nos conecta con una vibración alta, por ello, al igual que el Diamante o la Perla, aportan luminosidad y tranquilizan. La Turmalina rosa y verde nos ayudan a querernos a nosotros mismos y a sanar los bloqueos que tengamos en el corazón. La Turmalina negra nos protegerá el cuerpo aural energético, y la Obsidiana, nos revelará nuestras debilidades para poder reforzarlas”. Ahí es nada…
![](https://beautymatters.style/wp-content/uploads/2018/08/GEMSTONE-WATER-BOTTLE-683x1024.jpg)
La conclusión a la que llega la experta es clara: “Todas las gemas nos ayudan a equilibrar nuestras emociones aportando calma y luz, esto repercutirá en nuestra piel y cabello, como lo hace en nuestra alma”. Escépticos, mirad a otro lado… Te parezcan convincentes o no todos estos argumentos, la cuestión es que un puñado de gemas se han convertido en el ingrediente más popular para cuidar la piel, y no solo eso, también para perfumarnos, para convertir el baño en un ritual (Instagram está lleno de buenos ejemplos), haciendo las veces de hielos para refrescar esa copita de vino blanco que te tomas al atardecer (Vida Wine Gems en amatista y cuarzo rosa de Anna by RabLabs)… Incluso tú puede que ya hayas sucumbido a un ritual de sanación de esos que te ponen diferentes tipos de piedras por todo el cuerpo para desbloquearlo, o hayas incluido el rodillo de jade en tu rutina diaria de belleza, puede que te hayas hecho adict@ a Rose Quartz Illuminating Body Oil de Herbivore Botanicals y estés activando tu cuero cabelludo con peines de cuarzo, o no te hayas resistido a beber agua en botellas con viales de gemas de Vitajuwel o Be Water. Las opciones son infinitas.
![](https://beautymatters.style/wp-content/uploads/2018/08/anna-wine-gems.jpg)
El boom cristalino ha engendrado marcas ex profeso que se centran en el poder energético de las piedras para sanar la piel, como Gemstone Organic o Aquarian Soul, muy ligadas a los ciclos lunares y la energía de la tierra; Prismologie une la fuerza de las gemas al poder terapéutico del color, base fundamental de la ciencia de los chakras (los colores oscuros, negro, rojos, marrones, sintonizan con el chakra nº 1 para enraizarnos, darnos fuerza y coraje; los colores amarillos se centran en el plexo solar y nos aportan alegría y buen rollo; los azules en el chakra nº 5, facilitan la comunicación…). Hay otras, que no se han resistido a la tendencia formulando algún producto con cuarzos, como Glow Ruby Crystal Retinol Hydracrème de Dr. Brandt, con rubíes micronizados; Tourmaline Charged Exfoliating Cleanser de Aveda con turmalina; o Himalayan Detox Salts de Therapie Roques-O’Neil (una de mis sales de baño preferidas) que incluye polvo de amatista (limpia las malas energías y promueve la renovación celular).
Y podría dar un centenar de ejemplos de buenas (o curiosas) referencias para adentrarse en la magia de las piedras, pero para muestra, un botón…
Deja una respuesta