El “rosa Instagram” parece haber cedido el trono a otro pigmento un tanto más calmante y sanador: el azul, tiñendo los feed con pericia y garbo. Puede que el primero en desatar el furor cerúleo fuese el Blue Majik, digamos que es la prima hermana de la espirulina pero con un pigmento azul profundo en su ADN (la culpable es la ficocianina) que la ha hecho convertirse en el nuevo súper alimento gracias a sus poderes nutricionales, antioxidantes y su vertiente detox que ayuda a eliminar metales pesados del cuerpo, evitar el daño celular, equilibrar el pH y reducir los procesos inflamatorios causantes de infinidad de enfermedades.
Las recetas de la solicitada marca de complementos nutricionales, Sakara Life, como Blue Majik Mylk, Coolade o sus Detox Bar, exhibidas en su más que cuidado perfil de Instagram, pronto despertaron el deseo de una horda de ansiosas en sustancias de belleza nuevas. Pero si hay otro gran héroe que ha hecho enarbolar el Thinking in Blue ese es el Blue Tansy… ¿Pero qué demonios es el Blue Tansy que de pronto está por todos lados? Pues el Blue Tansy, Tanaceto azul o hierba lombricera, es una especie botánica que le debe su profundo y casi narcótico tono azul al camazuleno, una molécula presente en otras especies como la manzanilla marroquí, la milenrama o el índigo.
Estas especies han sido veneradas y utilizadas en medicina tradicional hace miles de años por sus propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, calmantes y relajantes del sistema nervioso; pero, ¿por qué ahora ese revival de uno de los pigmentos más hipnóticos del elenco botánico? Ese afán por el Back to the Roots que los milénicos han abrazado haciendo recuperar del pasado rituales y elixires curativos, a los amantes de todo lo genuino que pare la madre tierra, nos ha dado muchas alegrías. Es como que de pronto hemos recordado que sustancias como el azuleno son excelentes antídotos contra el acné, la psoriasis, dermatitis, rosácea y otras irritaciones y alteraciones epidérmicas, además de un gran estabilizador anímico, digamos que se trata de un magnífico ansiolítico epidérmico, ¿por qué no incluirlo en las nuevas fórmulas cosméticas perfectas para las pieles estresadas de hoy en día?
Este es quizás el secreto del éxito de productos como la mascarilla clarificante Blue Tansy o el aceite facial Lapis con tanaceto, y el tratamiento nocturno Moon Fruit con raíz de índigo de Herbivore Botanicals; también del aceite nocturno Luna, de la crema exoliante Tidal o el bálsamo limpiador Blue Moon de Sunday Riley, una marca con una legión de fanáticos devotos; el mítico bálsamo de belleza Blue Cocoon de May Lindstrom Skin, puede que uno de los primeros bálsamos azules milagrosos, un prodigio aliviando la ansiedad emocional y curando la piel; The Rare Indigo de Mahalo o Vital Balm Cream de Josh Rosebrook, con una interesante formulación que además de tanaceto incluye semillas de Senna (el ácido hialurónico botánico), aloe, cúrcuma, bayas goji y aceites esenciales de lavanda e ylang-ylang, uno de los bálsamos con lista de espera de más de 600 personas. Por algo será…
La marca Khus + Khus tiene a estos héroes azules como ingredientes estrella de sus formulaciones. Una de sus líneas más vendida, Bleu, un serum y una cera corporal con tanaceto y milenrama azul con un embriagante aroma a flor de Tiaré, tiene virtudes que van más allá de las cosméticas: calman la piel y combaten la sequedad, la inflamación y la irritación, sí, pero también ayudan a equilibrar la energía, aliviar la tensión nerviosa, aumentar el flujo de prana (en sánscrito, energía vital), regenerar las células del hígado y apoyar los procesos detox del organismo. “Lo que hace por fuera lo hace por dentro”, esa es la magia de los aceites esenciales.
Otro semidios del portfolio herbal es el polvo de raíz de Índigo Naturalis, hierba Qing Dai para la medicina tradicional china, además de tratar eczemas, úlceras, eliminar el calor y combatir la toxicidad, es un claro candidato para atacar el acné, incluso el más pernicioso. En una entrevista al experto en Medicina Tradicional China, John Tsagaris, me confesó que un buen ungüento tópico para tratar el acné era mezclar polvo de índigo con jugo de melón amargo o pepino, mano de santo contra el acné quístico y hormonal. The Rare Indigo Beauty Balm de la marca Mahalo, es como una poción concentrada para nutrir la piel famélica. Con extracto de raíz de índigo, otros activos antiinflamatorios ricos en camazuleno y helicriso (que además de regenerar la piel, drena las glándulas linfáticas y purifica la sangre), es el mejor aliado para mimar la piel y el espíritu.
Nota: gracias a Melanie Clark, una gran experta en aceites esenciales que me hizo conocer algo más del Blue Tansy. Suyas son palabras como Back to the roots y la comprensión de qué es el camazuleno.
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