Algo está cambiando… Me planteé sumida en el hastío habitual de mi día a día. Yo, que siempre me cuidé hasta la extenuación. Que solo bebía alguna copa los fines de semana, mantenía impoluta mi rutina de belleza (incluso rayando la obsesión) y huía de las pizzas, el azúcar y las patatas como si fueran venenos letales que relegarían mi preciado ‘core’ a la más sórdida defenestración. Hasta que me topé con un hashtag: #nightluxe, donde la vida se mostraba con una estética velada, donde el Chardonnay se convertía en el nuevo ‘Prozac’, una nueva realidad donde me sentí entendida, protegida, sosegada…
“Llega la nueva era de la autoindulgencia”, como han titulado algunos medios ante una apabullante reciente realidad. El hashtag #nightluxe tiene más de 16 millones de visitas en TikTok. Y #darkluxuryaesthetic más de 6 millones en Instagram. Los feeds más mediáticos sustituyen los beneficios saludables de los jugos verdes prensados en frío y la renovadora sesión de running a las 6 a.m., por jornadas nocturnas clandestinas donde el tafetán negro y los tacones de aguja conviven con el provecho moral que aportan cócteles repletos de glamour o el efecto terapéutico de los ‘Expresso Martinis’, la nueva generación de Bloody Maries para atemperar resacas desmadradas.
¿Escapismo o un inusitado crapulismo? Una creciente corriente que está siguiendo un buen séquito de influencers, que ayudan a impulsar la estética del lujo nocturno. Y es que, la pandemia puso en modo ‘pausa’ nuestras vidas. Dos años que podrían haberse convertido en un gran agujero negro en el que parece imposible llenar el vacío. Un stand-by –sin ánimo de ser fatalista– que moldeó una sensación de tristeza global que se vio robustecida por nuevos sórdidos acontecimientos: fatalidades naturales, guerras necias y un panorama socio-económico-político-cultural tan desolador, que parecen haber propulsado la diversión como modo de escape ante tanta desolación.

Post-wellness party girls, la nueva corriente de bienestar
Un calificativo acuñado por los escrutadores de tendencias (The Digital Fairy) en un intento de personificar el nuevo interés por la opulencia, la transgresión y la clandestinidad. ¡Necesito divertirme!, parecen gritar las nuevas voces de actitud nihilista ante una cruda realidad que nos agobia a todos.
Por una idea relativamente simple: en la sociedad, las cosas cambian. Y esa longitud de onda social que alguna vez fue dominante –como hacer curas detox a base de jugos verdes y súper alimentos, refugiarse en un monasterio zen para conectar con el verdadero yo o reclutarse en un retiro de meditación vipassana para anclarse en el interior–, comienza a sentirse vetusta.
Los pequeños atisbos de fingida libertad que nos deja el ocaso de Omicron, ha provocado un sentimiento de querer rebelarse y disfrutar, no priorizando tanto el cuidado ‘académico’ del yo. Al fin y al cabo, todos tenemos derecho a quedarnos retenidos en lo que sea que nos haga sentir cómodos. No avergonzarse por hacer del placer una prioridad. Aunque tenga los mismos efectos secundarios que un antidepresivo: la adicción. Más, si eso nos ayuda a sobrellevar una realidad muy poco halagüeña…

Belleza sin sacrificios, el nuevo lema de las nuevas marcas
Y me viene a la cabeza uno de los últimos singles de Ed Sheeran, Bad Habits para poner banda sonora a este complejo momento. Porque mientras seguimos debatiendo sobre el bien y el mal, el bienestar o la aflicción y la salud mental, están surgiendo nuevas corrientes de cuidado personal y marcas cosméticas que dan respuesta a las actuales emociones con eslóganes como “la vida es demasiado estresante como para preocuparse del correcto cuidado de la piel”.
Una de ellas, haciendo alusión al éxito de Sheeran, es Bad Habit Beauty, que propone rutinas de belleza ‘buenas’ para la piel, aunque tú no lo seas… Diseñadas para restablecer pieles y mentes estresadas y contrarrestar los malos hábitos combatiendo las crudas realidades y desorden de la vida moderna que causan estragos en la belleza. Con ingredientes seleccionados, no tan sofisticados como estratégicos, como la cafeína o los péptidos de su Eyes Open para reponer y reabrir miradas congestionadas.
O 4AM Skin, de enfoque minimalista, cuya mayor inspiración es la vida nocturna. Con claims como “Mantén tus malos hábitos. Estamos cansados de que nos digan que una rutina de cuidado de la piel perfecta debe hacerse a expensas de disfrutar los placeres culpables de la vida. Así que, adelante. Come tus carbohidratos, bebe tu vino, llega a casa a las 4 am, porque te atrapamos. Nos vemos después de la función”, parece estar captando la atención de generaciones desencantadas en busca de sosiego para el alma. ︎
Con principios activos muy estudiados para restaurar los niveles de hidratación (los grandes perjudicados) o extractos clave, como el de Lespedeza Capitata, presente en sus dos productos estrella, sus serums Rise y Rest, que trabaja para volver a sincronizar los ritmos circadianos, que se ven interrumpidos por horarios de sueño descontrolados o exposición excesiva a la luz azul de los dispositivos electrónicos, regulando el funcionamiento natural de la piel.

Los ritmos circadianos, el nuevo foco de la industria
Y es que tanta alevosía y nocturnidad, tenían que dejar su huella en la industria. Hace poco me pregunté, ¿por qué de pronto los nuevos lanzamientos se centran en ‘reprogramar’ los ritmos circadianos y restaurar la función natural de reparación nocturna de la piel, si esto hace ya tiempo que se propuso como nueva estrategia de rejuvenecimiento? Parece que de nuevo los batines de seda de lujo y los entornos a media luz, son el decorado perfecto para presentar la cosmética de vanguardia.
Como Chronobiology Sleep Mask de Noble Panacea, una mascarilla nocturna con una formulación de otro nivel diseñada en prácticas mini dosis activas, ultra concentradas de ingredientes, tan efectiva como el innovador sistema de entrega patentado de la marca: la tecnología ‘OSMV’ Organic Super Molecular Vessels, un sistema de liberación de activos prolongada, creada por su fundador, Sir Fraser Stoddart, el químico merecedor de un premio Nobel.
Chronobiology Sleep Mask, curiosamente, también se centra en las 4 a.m. como ecuador del punto álgido del embellecimiento nocturno: antes de las 4 a.m., sus activos (poli-hidroxiácidos, pre, pro y post bióticos) se centran en activar la detoxificación. Hasta las 4 a.m., en reparar (péptidos y retinol). Y a partir de las 4 a.m. en nutrir y restaurar los tejidos (ácido hialurónico y ceramidas). El resultado: jugosidad, luminosidad y piel saludable al amanecer.
El próximo en estar abierto hasta el amanecer será The Barrier Bioctive Treatment, de la mediática U Beauty, un tratamiento nocturno con activos marinos bioactivos que se inspira en el mecanismo de la medusa inmortal para optimizar la renovación, resiliencia y salud de la piel. Pero esto, será harina de otro costal…
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