En una época en la que los súper alimentos, las vitaminas, el veganismo y los elixires botánicos copan los perfiles más foodies de las redes sociales, lo ‘green’ se ha convertido en el santo grial de la belleza. Pero no solo a nivel interno, sino externo. La nueva corriente de cuidado facial, plantea la rutina de belleza como una extensión de la dieta. Pero, las plantas y los súper alimentos, esos ingredientes maravillosos y nutritivos, necesitan ciencia y una formulación inteligente para obtener un beneficio real a nivel tópico.
Es lo que plantea Ami Iyök (Madre Tierra, según las tribus amazónicas), la marca de cosmecéutica orgánica certificada, que se inspira en los tesoros de la selva amazónica (con el exótico aceite de Sacha Inchi). Y la esencia mediterránea, a través de nuestro oro líquido: el aceite de oliva orgánico, obtenido de cosecha propia en el Baix Camp de Tarragona. Hasta ahora conocía Green Shaman, el limpiador mágico con alga espirulina y Blue Tansy o tanaceto, el gran restaurador dérmico, por su acción antiinflamatoria, además de un gran estabilizador anímico por su efecto calmante.
Pero la novedad de la marca se propone a brillar con luz propia. Y nunca mejor dicho. Porque esta formulación cargada de nutrientes, es la combinación perfecta para iluminar y aportar jugosidad. Su enfoque microbioma-friendly, asegura el perfecto ecosistema dérmico. Y su formato y alta concentración de activos, lo convierten en la cura de salud y belleza de la piel perfecta en cambios de estación.

Vit Bright, el cóctel vitamínico más completo
Vit Bright, Se podría decir que es una de las formulaciones más rica en vitaminas del mercado. Sus credenciales la avalan: vitaminas A, C y E, esenciales para la buena salud, estructura y tono de la piel. Vitamina F, la “no” vitamina que se ha hecho con el término por su marcada cualidad nutritiva. A base de ácidos grasos Omega 3 y 6, esenciales para restaurar la barrera cutánea y recuperar esa luz única propia de las pieles sanas que parece emanar del interior.
Y todo el séquito de vitaminas del grupo B (B2, B3, B5 y B6), las grandes desconocidas, con propiedades cosméticas únicas, especialmente humectantes. Como la B3 o popular niacinamida, el activo clave de las formulaciones con más tirón del presente. Aumenta el nivel natural de ceramidas, beneficiando la función barrera. Hidrata, equilibra, desinflama y mejora el tono, especialmente en pigmentaciones post-inflamatorias. Algunos expertos se refieren a ella como «el combustible celular», porque interviene en muchos procesos importantes para generar una piel sana y equilibrada. De ahí su fama como súper vitamina de moda.
Además de otros ‘greens’, como alga espirulina, rica en clorofila y ficocianinas, un pigmento con propiedades antioxidantes que ayuda a recuperar los tejidos y protegerlos contra la radiación. También colabora en la síntesis de los fibroblastos, los responsables de segregar proteínas de colágeno para mantener un correcto marco estructural de los tejidos. Hoja de romero antioxidante, escualano proveniente de la oliva. Y centella asiática que, aunque no es técnicamente un vegetal común, es una hierba que se ha utilizado en la cocina y la medicina asiáticas durante muchos años con un enorme potencial en la regeneración de la piel.
La clave está en sus asiaticósidos, el principio activo más importante de la planta, un gran precursor del colágeno y la elastina para mantener los tejidos firmes. Con todo, Vit Bright se convierte en un booster, un potenciador que optimiza la acción de todos los activos porque está desarrollado como emulsión inversa. Es decir, a diferencia de las emulsiones clásicas en las que el agua o líquidos actúan como continente y los lípidos en fase dispersa o pequeñas gotas en suspensión, en este caso es al contrario, lo que mejora la penetración en la piel.

Skinwarriors: una receta gourmet para los habitantes de la piel
Esa formulación en emulsión inversa, hace que Vit Bright se convierta en el sellador de los activos que le acompañen. Por esa razón, se han creado las ampollas de la gama Microbiota Skinwarriors, basada en la ciencia del microbioma, en tres versiones: Warrior I, para calmar la piel; Warrior II, de efecto blanqueador; y Warrior III, de acción antiedad.
Unas ricas ampollitas que podrían convertirse en la nueva generación de viales microbioma-friendly. Y es que cada vez estamos más familiarizados con todo el bien que estos bichitos pueden hacer por nuestra piel, y las consecuencias que han tenido peelings agresivos y barreras cutáneas deterioradas. Muchas enfermedades de la piel están relacionadas con el desequilibrio de la microbiota, una ‘disbiosis epidérmica’ en toda regla, como la rosácea, pieles reactivas, acné o dermatitis atópica.
De estas tres estupendas versiones, me quedo con Warrior III, Age Combat, pensada para pieles con primeros signos de flacidez, pérdida de volumen, apagadas y con falta de luz. Un verdadero torrente antioxidante con ingredientes como el Bakuchiol, la versión vegetal del retinol, ácidos Ferúlico y Fítico, presentes en vegetales, semillas y legumbres, de acción protectora contra las agresiones externas además de inhibir la tirosinasa, previniendo así la pigmentación irregular.
Vitamina C y Niacinamida, que completan las dosis de Vit Bright, y Ronaflair Flawless™, la patente de la marca Kombunectar, a base de kombucha, una bebida fermentada derivada del té, un verdadero alimento natural para las bacterias beneficiosas, además de prebióticos y probióticos encapsulados.
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