El otro día leí en una newsletter que las periodistas de belleza “no creían en el contorno de ojos”. Me pregunté en qué lugar me dejaba eso a mí como editora de belleza que el primer cosmético que compré con 18 años fue precisamente un contorno de ojos… En belleza no me muevo por corrientes generalistas por mucho que provengan de las que se supone “más saben de belleza”, sino por intuición, constancia y testing, mucho testing.
He visto con mis propios ojos –nunca mejor dicho–, a muchas de esas editoras que confesaban abiertamente usar la crema de rostro en todo el rostro sin discriminar una zona que de por sí –no hace falta ser muy experto– tiene unas características e idiosincrasia propias, mostrar un área periocular completamente arrugada y flácida. La zona ocular está sometida a infinidad de movimientos, gesticulaciones, parpadeo constante que, con el tiempo, van debilitando un área ya de por sí escasa de fibras de sostén, como el colágeno y la elastina. El infeliz desenlace: tanto movimiento degrada el músculo y los tejidos generándose líneas de expresión y la tan temida “ptosis”, la relajación muscular y cutánea vinculada al paso del tiempo, especialmente patente en el párpado superior, provocando que la ceja “se caiga”.
Si pretendemos cuidar esta zona con los mismos activos faciales, generalmente con más lípidos y con objetivos completamente diferentes al cuidado de la zona ocular, lo más probable es que esos efectos se agudicen. El contorno de ojos es una zona proclive a la acumulación de agua y grasa, a edemas localizados e inflamación, a acumular exceso de fluidos y desechos, a tener una microcirculación deficiente que hace que los pigmentos se acumulen en forma de sombras amarillas, marrones, azuladas o violáceas. Necesita un cuidado específico.
Pero también he visto cómo una industria que se mueve a la velocidad del rayo necesita “inventarse” nuevas necesidades para mantener ese ritmo de consumo frenético. Solo para el contorno, esa zona maldita, tenemos opciones variopintas como serums, pre-serums, parches, “aceites milagrosos”, mascarillas, ampollas de tratamiento intensivo e incluso dispositivos, como la luz LED o las microcorrientes, para corregir en casa eso que todos detestamos y por alguna razón parecemos compartir: flacidez, bolsas, ojeras o arrugas. ¿Es necesario implementar todo el arsenal al que nos empuja la industria para lucir una buena mirada? La respuesta es NO, aunque todo suma…
![contorno de ojos](https://beautymatters.style//wp-content/uploads/2024/11/noble-panacea-683x1024.jpg)
Buenos ejemplos para ‘negacionistas’
En las últimas temporadas hemos visto propuestas “target” que se dirigían directas al objetivo: bien rebajar la bolsa drenando o actuando sobre el exceso de lípidos; bien activando la circulación y mejorando la pigmentación en ojeras muy marcadas. ¿Veredicto?: Sí, funcionan. Ejemplos concretos como Eye Serum de Ayuna Less is Beauty, con su receta 100% Kryptoencapsulada que entrega de forma precisa activos como la cafeína vegetal del café verde que activa la lipólisis, la escina del Castaño de Indias o los fucanos de las algas para mejorar la micro-circulación, reducir la hinchazón y promover el drenaje linfático del contorno ocular.
Una nueva y avanzada tecnología en formato “kriptosoma” (del griego ‘kriptos’: oculto; y ‘soma’: cuerpo), como una especie de esferas dentro de otras esferas con la información encriptada en moléculas diana muy específicas, que superan los tradicionales sistemas de liberación por su mayor estabilidad, biodisponibilidad y liberación sostenida. El resultado: la bolsa se deshincha y el tono se aclara, despejando la mirada cansada o cetrina. Comprobado.
También he visto y sentido la profunda nutrición que aportan ejemplos como Vos Yeux, de la línea L’Elixir des Glaciers de la lujosa Maison Valmont, un tratamiento integral de lujo que lo hace todo gracias a los ingredientes calmantes de la colmena y su emblemático ADN de esturión dorado. Igualmente de efectos sorprendentes Cold Plasma Plus+ Eye de Perricone MD, de acción más que notable gracias no solo a sus activos: tripéptido de cobre, omega-3 y vitamina C ester, sino a su complejo y revolucionario sistema de suministro Liquid Crystal Delivery Cold Plasma (uno de los que más se ha intentado copiar sin conseguirlo), que permite que se entreguen los principios activos de forma correcta a la piel, multiplicando sus beneficios. Lo confirmo.
![contorno de ojos](https://beautymatters.style//wp-content/uploads/2024/11/sisley2-683x1024.jpg)
La nueva hornada de contornos ‘360º’
A todos aquellos que se mofan de los contornos de ojos que prometen un “efecto lifting inmediato”, les puedo decir por fin que se equivocan. Uno de los últimos lanzamientos que he tenido la suerte de probar es el nuevo The Eye Lift Concentrate de Noble Panacea, un concentrado monodosis de efecto lifting instantáneo, pensado para ser utilizado únicamente cuando el contorno de ojos necesita un refuerzo (2-3 veces por semana). Lo interesante no es solo ver cómo la bolsa se desinflama y se aclara su tono, sino que ese efecto de tensado también es visible en el párpado superior, generando un efecto óptico de apertura de mirada. A diferencia de muchos contornos de ojos que no prescriben su aplicación en el párpado superior por ser más graso y proclive a la flacidez, The Eye Lift Concentrate está desarrollado para cubrir toda el área periocular, incluso más allá de la ceja y el entrecejo.
Un fenómeno eficaz y eficiente que no solo cumple sus funciones al instante, sino a largo plazo, gracias a la patentada (y de premio Nobel) Tecnología OSMVTM, que garantiza una liberación sostenida de activos a lo largo del tiempo, entre los que se encuentran el retinal y el octapéptido, de acción integral. El único inconveniente: su precio, 12 dosis activas 312 € o 290 € si es la recarga, que viene a cubrir mes, mes y medio de tratamiento. Definitivamente es caro, pero una alternativa sin duda para quienes busquen opciones de alto rendimiento y resultados más que palpables.
También de resultados más que visibles está Supremÿa La Nuit Le Grand Soin Yeux anti-âge de Sisley Paris. En este caso, como tratamiento de noche, porque su acción principal es reactivar el ciclo de regeneración y los mecanismos de rejuvenecimiento nocturnos. ¿Esto qué quiere decir? Pues los científicos de la Maison Sisley se han percatado de que un elemento determinante en la huella del envejecimiento acelerado es la disminución de la melatonina, esa hormona segregada por la pineal responsable del ciclo circadiano y los ciclos sueño-vigilia.
La cuestión, cuando envejecemos disminuye la producción natural de melatonina (de ahí que los patrones del sueño se alteren), y el proceso natural de regeneración cutánea se desacelere. La misión de Supremÿa La Nuit es propiciar la producción de melatonina sintetizada por el cerebro, pero también por la piel. Además de compensar los daños producidos durante el día activando las enzimas sirtuinas en su momento más propicio para reparar el ADN y aumentar la eficiencia energética de las células; y detoxificar, esa acción clave para células y tejidos, favoreciendo la eliminación de desechos que tanto entorpecen las funciones celulares.
Dos cosas que destacaría de este increíble tratamiento: su textura ultra sensorial, muy confortable y nutritiva, que se absorbe al instante sin dejar residuos; y el masajeador de zamac que incluye, un gesto de masaje inspirado en las tan “archiconocidas” gua-sha faciales, pero diseñado ex profeso para la compleja piel del área periocular, con una zona para alisar y descongestionar, y otra provista de dos esferas para estimular los puntos de reflexología facial. Un tratamiento completo digno de ser elogiado.
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Veredicto final…
No podemos esperar “milagros” de un cosmético, pero a todos aquellos que alzan los puños en contra de los contornos de ojos asegurando que no funcionan, les diría que no pueden cargar toda la responsabilidad sobre los lomos de esos tubitos tan vanguardistas y bien diseñados, quizá deberían chequear cómo está su interior, ya conocemos esa frase mítica: “El rostro es el espejo del alma, y los ojos, sus delatores”, (Cicerón). Los ojos son verdaderos chivatos de cómo está el interior. Una mala circulación sanguínea, estancamiento de fluidos, un deficiente drenaje de linfa o un insomnio crónico (entre otros muchos) pueden ser los detonantes de contornos de ojos maltrechos, apagados, sin vida, con líneas de expresión marcadas o zonas abultadas.
Y aquí viene la otra gran pregunta… ¿Solo los productos más caros funcionan? ¿Es necesario invertir tanto para obtener los mejores resultados? En ocasiones el precio de un producto es tan elevado por toda la innovación y tecnologías disruptivas que hay detrás. Que una marca obtenga patente por su nuevo descubrimiento tampoco nos garantiza unos resultados de “quirófano”, pero sí nos asegura efectos visibles a diferencia de otros productos con una fórmula básica a base de agua y aceite (sí, eso es la cosmética) que simplemente van a hidratar o nutrir esta delicada área (que no es poco).
En algo sí estoy de acuerdo con esa avanzadilla de editoras activistas que intentan desmontar el bulo de la cosmética: una crema es una crema, sin más, y puede penetrar hasta donde puede penetrar… Pero también es cierto que el avance en nuevos sistemas de liberación o el tamaño de las moléculas que las hacen más penetrables y bioasimilables, suponen un paso más en el cuidado cutáneo ofreciendo resultados más marcados. Claro está, una simple crema no te va a borrar las arrugas (las arrugas estructuralmente son como cicatrices, ¡por el amor de Dios!), ni va a reafirmar el párpado como si te hubieses sometido a una blefaroplastia, simplemente va a nutrir o hidratar, pero una nutrición o hidratación específicas, de forma preventiva y constante a lo largo del tiempo, se notan…
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