A qué huelen las nubes… Aquel manido eslogan promovido por Evax, nos hizo replantearnos una cuestión nada baladí: poner olor a las cosas que en principio no lo tienen. Y así entras en un looping del que resulta difícil salir, a qué huele la electricidad, o el frío, o la luminosidad… Pues dar una respuesta olfativa a este tipo de cuestiones es lo que se ha propuesto la industria del perfume con sus últimos lanzamientos. Interpretar una bucólica tarde de primavera en un prado toscano, ya no es excitante, queremos ir más allá, retarnos técnicamente y orquestar una fragancia basada en cosas tan intangibles como las sensaciones, las emociones o la luz…

Ya se veía venir con Sunny Side Up de Juliette Has a Gun, un analgésico contra la tristeza y la melancolía y una auténtica invitación a coger cita para terapia de felicidad. Sus notas olfativas pretenden emular la sensación reconfortante de la luz del sol de la mañana (leche de coco, sándalo cremoso, vainilla…). Un acorde solar vivificante y potenciador de la satisfacción. Algo se estaba removiendo en el universo de las tendencias olfativas. Plantear el perfume como un revulsivo ante la insatisfacción social. Como una sesión terapéutica para erradicar la ansiedad, el pesimismo y explorar nuevas facetas de nuestra personalidad. Necesitamos la luz para vivir, necesitamos la llegada de la primavera y el alargamiento de las jornadas para liberarnos del letargo insulso que nos produce la oscuridad. Una buena fuente de inspiración…
Shalimar Souffle de Lumière de Guerlain llega como un halo de radiación solar. Una oda a la luz. Y Thierry Wasser, el perfumista de la Maison, lo consigue a través de la frescura de la bergamota y la calidez acogedora de la vainilla, el jazmín y el ylang-ylang. Intentar traducir el espectro solar a través de notas olfativas, no es moco de pavo… Pero Cartier va más allá con Carat. Mathilde Laurent, perfumista de la casa Cartier, se propuso poner olor al espectro completo de luz. Quería una fragancia que brillara, como el fuego de un diamante. Para ello se inspiró en las refracciones de luz del arcoíris cuando pones un diamante al sol. Y se ayudó del color de las flores. Tulipán, Azucena, Jacinto, Narciso, Violeta, Ylan-Ylang… Un ramillete multicolor que pretende impactar en nuestro bienestar.

Sparkling Blush de Michael Kors pretende ofrecer un jugo raro y refinado, como una gema tallada en cristal facetado, como las distintas facetas de una mujer para llegar a un resultado muy luminoso. Esa explosión de buenas vibraciones se consigue gracias a las notas frutales de salida (lichi, pera, bergamota…), las florales de las de corazón (jazmín, lirio, frangipani…), y las cremosas de fondo (sándalo, vainilla, ámbar…). Pero si hay una que destaca en sus intenciones de interpretar olfativamente la luz, de crear un perfume que oliese a alegría, una declaración de amor a la vida, esa es JOY by Dior. Hacía más de 20 años que la firma de lujo francesa no lanzaba un nuevo gran perfume femenino.
“Para contar la historia, he elegido crear una estela envolvente, marcada al mismo tiempo por la suavidad y por la energía. JOY by Dior es un soplo, un camino que se sigue y que te transporta”, así describe François Demachy (perfumista creador de Dior) este nuevo perfume pretencioso en sus intenciones. Pero, ¿qué es la felicidad? ¿Cómo definir esa sensación indescriptible y convertirla en perfume? “La felicidad es como sentir la calidez acogedora de la miel y la leche, la suavidad de una piel aterciopelada. Es el abandono y la plenitud, la brecha en el espacio, la revelación de un tiempo suspendido, la ingravidez del agua que mece…”, como lo describe la propia marca. Y eso solo se puede interpretar con hespérides (cáscara de Bergamota, Mandarina…), su matiz efervescente y explosivo invitan a sonreír; con absoluto y esencia de rosa y jazmín, un twist floral que le aporta sensualidad; con maderas lácteas, como el sándalo, que abrazan y acogen; con almizcles serenos, como un soplo claro y empolvado.

Como una bocanada de aire fresco para dispersar las tinieblas de la perfumería nocturna, esa a base de notas densas y animálicas que nos tenía sumidos en un pozo de delirio continuo. La claridad se impone y nos invita al buen rollo. Demos la bienvenida a la categoría más etérea del universo olfativo.
Eres la caña de España ????