“Si quieres entender los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”.
Nikola Tesla
Puede que Tesla fuese un adelantado a su época. O no. O que sus coetáneos no fueran capaces de entender una máxima que explica de forma lógica la razón de ser del universo. Del propio ser humano. Discernir cómo está conformado el todo y cómo interactuamos con él y nuestro entorno, parece tildarse –a estas alturas– de ‘pseudociencia’, argumentando una falta de fundamentos empíricos testeables. Sin embargo, en términos de bioenergía, cada parte de nuestro ser vibra, y nos manifestamos vibrando en una trama energética (campo energético del espacio), compartiendo información por nuestro propio campo energético vital.
“Lo que es arriba, es abajo. Lo que es adentro, es afuera”, reza una de las más importantes leyes herméticas o principios universales que rigen la vida, base esencial de la antigua alquimia, el precedente de la química moderna. Así de simple. La información vibracional que albergan nuestras células, con cada una de sus partículas, altera la información de la matrix, la trama que nos rodea –y viceversa–, gestando un flujo constante, un ir y venir de datos oscilantes que van empañando la realidad cambiante.
Sea como fuere, parece que –poco a poco– la humanidad va haciéndose a la idea y asimilando las leyes físicas que rigen el universo. La física cuántica nos ayudó a entender que esa realidad en la que nosotros nos expresamos día a día, es pura energía. El proceso vibracional de las células, funciona por latencia empática (latencia: tiempo que transcurre entre un estímulo y la respuesta; empática: capacidad de reconocer y compartir). Todo tiene vibración que nuestras células reconocen y se acoplan para equilibrar y vibrar en la misma onda de frecuencia.
Partiendo de esta premisa, es fácil entender la enfermedad: cuando la energía que circula por nuestras autopistas energéticas, o meridianos, según la Medicina Tradicional China; o los Nadis, según la ciencia del Ayurveda, se estanca, colapsa, bloquea o yerra de alguna manera impidiendo el flujo correcto de Qi o prana (aliento vital), la información se distorsiona y afecta a las células. Cuando vibramos a una frecuencia inferior por estos disturbios, se produce enfermedad, es la razón de ser de herramientas terapéuticas como los aceites esenciales o los elixires florales: ajustar esa frecuencia para alcanzar la homeostasis –el equilibrio–.
Vitrocuantic Beauty, más que una joya de belleza
Pero aquí viene lo mejor: imagina que esa información precisa y correcta, la que asegura el buen flujo energético y vibracional y la integridad celular, se pudiera captar, codificar y transferir a unos pequeños objetos energéticos que, en contacto con nuestro cuerpo, interactuasen con nuestra propia información vibracional para conseguir resultados determinados, bien sea en términos de salud general u objetivos concretos: como la belleza. Son los denominados “hologramas bioenergéticos”, y se postulan como la nueva herramienta de salud y belleza del futuro.
Vitrocuantic® ha logrado integrar la información binaria correspondiente a los 14 canales principales de acupuntura, junto a una programación revitalizante y regeneradora, permitiendo a la célula su decodificación y así, ayudar a su comunicación con el resto del organismo mejorando la armonía integral. En cristiano: Vitrocuantic, ha logrado descifrar la información de la belleza, la revitalización y la regeneración y ha conseguido encriptarla en unos pequeños dispositivos de vidrio para que, en contacto con nuestro cuerpo, nuestras células sepan desencriptarlos y equilibrarse.
El sello Beauty, ha sido diseñado como una pequeña joya que se puede llevar colgada al cuello, aprovechando el fenómeno de la conducción ósea por su ubicación, en el esternón, recalibrada para el cuidado, nutrición y protección de la piel, los fluidos orgánicos y el Qi (energía vital), descifrando el código de la belleza. Que VItrocuantic ha averiguado e insertado en estos pequeños objetos o ‘criptos’ de vidrio (sílice), elaborados artesanalmente, unos acumuladores de energía pura y de alta frecuencia vibratoria.
Pero, ¿qué tipo de belleza entiende el sello Beauty, más centrada en como uno percibe su propia belleza (belleza interior o emocional) o cómo se aprecia a través de un espejo (belleza física o material)? “Nuestras informaciones encriptadas, solo las decodifica la célula y en ningún caso, el intelecto. La belleza proviene de un buen funcionamiento celular, tanto a nivel biológico como emocional y ahí es, donde nuestras herramientas trabajan”, asegura Xavier Vilajosana, naturópata fundador de Vitrocuantic®.
Una curiosa tecnología que abre las puertas a opciones interesantes para ampliar el potencial de la belleza. La belleza del mañana.
Jessica Rosales dice
Buen día, en donde puedo adquirir sus productos? Estoy en México.
Que me recomiendan para curar Alzheimer avanzado?
Muchas gracias y bendiciones
Clara Buedo dice
Buenos dias Jessica, gracias por tu comentario. Yo no vendo estos productos, yo soy periodista y simplemente he escrito sobre ellos, te puedo pasar el enlace de la marca https://vitrocuantic.com/ quizás hablando con ellos te pueden decir de qué forma se pueden conseguir en México y qué opción es la más acertada para tratar el Alzheimer. Espero que obtengas respuesta y sobre todo, soluciones para dolencia tan complicada de gestionar. Mis bendiciones también, un abrazo